Un nuevo informe de la FAO en el que ha participado la investigadora de Agrotecnio Aida Bargués Tobella, subraya la importancia de las sinergias entre bosques, árboles y agricultura para avanzar hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles. Bargués Tobella, especializada en ciencias del suelo y agroforestales, ha coliderado un capítulo sobre el papel clave que juegan los árboles y los bosques en la regulación del ciclo del agua. El informe, elaborado en colaboración con el Stockholm Environment Institute, Conservation International y The Nature Conservancy, se presentó en la COP30 de Brasil.
La agricultura y los bosques suelen considerarse usos del suelo contrapuestos y en competencia, especialmente en regiones donde la tierra es escasa. Sin embargo, cada vez hay más evidencia científica que demuestra las numerosas formas en que los bosques y los árboles pueden mejorar la productividad y la resiliencia agrícolas.
El informe “Beneficios climáticos y servicios ecosistémicos de los bosques y los árboles para la agricultura” publicado por la FAO sintetiza la evidencia científica más reciente sobre cómo los árboles y los bosques regulan el clima, las precipitaciones y la disponibilidad de agua, lo que afecta a la productividad y la resiliencia de los sistemas agrícolas y los agricultores. También destaca su contribución a la polinización, la salud del suelo y el control biológico de plagas. El documento insta a impulsar políticas, inversiones y acciones de gestión que permitan convertir esta evidencia en medidas concretas.
Los árboles y los bosques juegan un papel clave en la regulación del ciclo del agua
El capítulo liderado por Aida Bargués Tobella (Agrotecnio) y Malin Lundberg Ingemarsson (Stockholm International Water Institute) se centra en las interacciones entre árboles, bosques y agua. En este documento, en el que han participado ocho investigadoras e investigadores más, se desgrana cómo los bosques y los árboles, situados en tierras agrícolas o en su entorno, pueden proporcionar una aplia gama de servicios ecosistémicos relacionados con el agua que son críticos para la agricultura, entre ellos mejorar la recarga de agua del suelo (agua verde), la regulación de caudales, la mitigación de daños por agua, o la purificación del agua.
“Los servicios ecosistémicos relacionados con el agua que los árboles y los bosques aportan a la agricultura no se monitorizan ni valoran lo suficiente”, explica Aida Bargués, que añade que “esto significa que no se reconocen debidamente en el sector agrícola ni en las políticas agrarias, lo que puede suponer pérdidas económicas”.
El grupo científico detrás de este capítulo subraya la importancia de adoptar un enfoque integrado de la gestión del paisaje y de los recursos naturales, inlcuidos los bosques y el agua, a distintas escalas para garantizar que se optimicen los beneficios de los bosques y los árboles para la agricultura.
