“La recesión alemana nos preocupa”

La campaña se inicia con las turbulencias sobre la disponibilidad de agua, el retraso de las producciones y una inflación que debilita el consumo de los europeos

Fruit Today magazine habló con el gerente de Freshuelva, Rafael Domínguez, para conocer los elementos que influirán en el desarrollo de la actual campaña.

¿Cómo se presenta la actual temporada?

En fresa hemos tenido unos días de frío que han hecho que la producción se retrasará un poco. Terminamos de plantar algo tarde.  Por lo tanto, hay una parte de las plantaciones que va retrasada. En frambuesa, la problemática que tenemos es distinta; la tormenta Bernard causó bastantes daños a los cultivos por lo que el tonelaje de otoño invierno ha sido inferior a lo esperado y en toda lógica, también respecto a la campaña pasada.

¿Cómo influye el cambio climático en la fresa?

Los meses de octubre no son como los de antes y la primera quincena suele ser cálida y esto no conviene a la planta que viene de Castilla León y que está acostumbrada a otras temperaturas. Esto dificulta la plantación y la aclimatación de la planta al terreno. En general, ahora las plantaciones se hacen un poco más tarde, aunque debo decir que las lluvias que vinieron a continuación de la plantación, a finales de noviembre, ayudaron a un correcto desarrollo de la planta.

¿En cuánto se cuantifica el retraso?

Alrededor de quince días.

¿Cómo se mantiene la superficie de berries?

En concreto, la fresa baja un 3,5 %. El descenso total agrupando a todos los berries (frambuesa, fresa, arándano y mora) es de un 5%. Destaca sobre todo la fuerte bajada de la frambuesa, con un 21,5%.

La superficie de fresa llega a las 6.100 toneladas frente a las 6.295 del año pasado, la de frambuesa pasa de las 1.762 hectáreas a 1.380 y el arándano se queda prácticamente igual, con 3.610 hectáreas. La mora es la que más ha crecido en superficie, un 7,5%, pasando de 143 hectáreas a 153. En mora se han conseguido nuevas variedades que permiten tener producción durante casi todo el año, con unas cualidades cada vez mejores.

El buen comportamiento del arándano lo ha consolidado como el segundo fruto rojo en Huelva.

Con la constatación de estos datos, ¿se rinde Huelva con la frambuesa?

En este tema ha influido mucho la competencia de países terceros como Marruecos que en los últimos cinco años ha consolidado su frambuesa en los mercados. La fresa tenía, al menos, un contingente hasta cierta fecha, pero no es el caso de la frambuesa.

Hemos trasladado tanto al Ministerio como a la Unión Europea esta circunstancia de competencia desleal, de la que pedimos una revisión de los acuerdos. Lo que es patente, es que el mercado europeo se mantiene en consumo de frambuesa y esto es reconfortante en esta situación. En cambio, sí crece en arándano, con un consumo muy consolidado.

¿Cuáles son sus últimos avances en prospecciones de mercados?

El más reciente es la apertura del mercado de Canadá para el arándano español. Y también tenemos los ojos puestos fuera de la Unión Europea, pero estas cuestiones van siempre despacio por el propio procedimiento que marca Europa, en el que cada país debe abrir mercado por sí solo.

¿Qué disponibilidad hay de variedades propias?

Huelva sigue apostando por las variedades de Fresas Nuevos Materiales. Su cuota de mercado crece cada día y ya roza el 35%.

¿Qué preocupa de esta campaña?

Principalmente la sequía y la incertidumbre con el agua. Seguimos manifestando nuestra disconformidad porque no se han acometido las obras necesarias para abordar un periodo de sequía como el que ahora tenemos. Me refiero a las obras necesarias en la cuenca Tinto-Odiel y Piedras, así como la presa de Alcolea, que lleva muchos años parada. Por todo ello vamos a retomar las movilizaciones. También hemos pedido una reunión con el ministerio de Transición Ecológica y con la Junta de Andalucía para abordar estos temas. La situación de sequía se está convirtiendo en persistente, y le doy un solo dato, en el litoral onubense no existe ni una sola desaladora. Nos da igual de donde venga el agua porque nuestra misión es producir alimentos para los habitantes del planeta. En otras comunidades ya se trabaja con agua de desaladoras sin ningún problema.

¿Se está satisfecho con la solución final que se le ha puesto a Doñana?

Nosotros siempre hemos creído que las dos administraciones debían llegar a un acuerdo y no se podía utilizar Doñana como un arma arrojadiza, en el que salíamos perjudicados los onubenses por un lado y por otro nuestro sector. Nosotros lo que queremos es que se hable bien de Doñana y que el acuerdo entre las dos administraciones sirva para llevar a cabo un plan de agricultura sostenible como la que estamos desarrollando.

¿Cómo vislumbra la comercialización en estos meses?

Compleja. Lo cierto es que cada vez cuesta más producir por el aumento que se produjo en los costes y que ahora está un tanto frenado, pero que repercute negativamente en la rentabilidad de los cultivos. A ello se une que los consumidores no tienen los bolsillos llenos a causa de la inflación. Sobre todo, nos preocupa la recesión en Alemania ya que es uno de nuestros principales mercados.

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