Esta abultada extensión permite un escalamiento de la cosecha, en la que se comienza más pronto que en la zona sevillana y se acaba mucho más tarde y en la que se incluyen los cultivos manchegos de verano.
Al borde la rotura de stocks
Aunque las grandes empresas envasadoras no han tenido roturas de stock, aunque sí una ralentización de entrada de producto, esta escasez se ha dejado sentir más en los principales mercados centrales españoles y en las empresas de mediana y pequeña dimensión.
Las grandes superficies, sin embargo, debido a la alta capacidad de sus proveedores y zonas productiva, no han sentido la falta de producto registrada de forma generalizada en el campo, pero han tenido que comprar patata con ‘menos piel’, una exigencia que en otras circunstancias no hubiera sido admitida. “La cuestión es que cuando falta producto de verdad, todo el mundo se tiene que adaptar a las circunstancias del campo, que es el que manda,” explicaron fuentes del sector a Holapatata.