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Beltrán: del origen al empaquetado

Patatas Beltrán da el gran salto y se dispone a entrar en el mundo del envasado con una inversión en su almacén que superará los 3 millones de euros

Conocido por ser el gran productor español, la compañía de Daya Vieja (Alicante) expande su actividad empresarial hacia el mundo del empaquetado.

Durante este año la empresa se dispone a robotizar su almacén con la adquisición de tres calibradores ópticos de última generación y una nueva pulidora. Desde la empresa aseguran que “ha llegado el momento de hacer una integración vertical de la compañía y ello pasa por reforzar el almacén con tecnología de última generación con el objeto de integrar todos los procesos del mundo de la patata, desde la adquisición de la semilla hasta la confección de formatos de todo tipo y para cualquier necesidad.”

Producción en Cartagena y Sevilla

Al tiempo que invierte en tecnología, la firma no abandona su tarea productiva, ni tampoco las importantes inversiones realizadas en tractores y cosechadoras.

Desde principios de abril, la firma se encuentra cosechando las primeras patatas del Campo de Cartagena. A partir de mayo, lo hará en tierras andaluzas y en el mes de junio, empezará en su gran bastión, Albacete, donde tiene la mayor producción y donde la cosecha acaba más allá de septiembre.

La escasez de lluvia y el clima seco de Cartagena han permitido preparar muy bien las tierras y el resultado se ha consolidado en una cosecha de excelente calidad. “Hace tiempo que no veíamos en Cartagena una cosecha de tanta calidad, pese a que hemos sufrido problemas por la escasez de patata de siembra.”

Y es que, efectivamente, la siembra se tuvo que realizar de forma escalonada porque el transporte procedente de Holanda con la patata de siembra no llegaba en los términos previstos y la disponibilidad estaba muy ajustada.

“Este año tenemos un coste de producción altísimo porque la semilla ha costado mucho dinero y hemos tenido que plantar patata de calibres gruesos, es decir muchos más kilos por hectárea. Las patatas deben valer dinero para que el productor tenga una rentabilidad,” asegura José Beltrán, director de la compañía.

La variedad más implantada en Cartagena es Soprano, sin embargo, han sido las variedades para frito las que más han escaseado, y es precisamente este segmento uno de los que más sigue creciendo, tanto para los hogares como en la hostelería. La tradicional Agria también se ha visto afectada por la falta de semilla.

La escasez de las variedades más tradicionales extiende el abanico varietal hacia otras patatas como Bricata, apta para el frito y el supermercado o Tysson, una patata que funciona muy bien tanto en primera cosecha como en segunda, que lava y fríe, con buena calidad culinaria.

Respecto a las segundas cosechas, José Beltrán asegura que “cada vez hay más segundas cosechas. Existe demanda, aunque no hay una buena rentabilidad; pero es un hecho que, con los anti germinantes hoy permitidos, la calidad de las patatas de conservación merma mucho y, si se quiere disponer de patata nacional, hay que acudir a las segundas cosechas,” remarca Beltrán.

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