La paradoja de la situación es que cuando en España no había ni un atisbo de lluvia, en los meses de abril y mayo y la sequía se convertía en protagonista de los cultivos, en los principales países productores de patata de semilla europeos, principalmente Países Bajos y Alemania, la lluvia hacia acto de presencia y provocaba que las plantaciones se hicieran de forma muy tardía.
“La plantación de semilla no se ha plantado en su fecha y esto origina preocupación por lo que pueda pasar en los meses venideros. Al haberse realizado la siembra más tarde, podrían originarse problemas de menor tuberización o que sencillamente, nos falte semilla”, aseguran fuentes del sector.