Unas 15.000 personas se reunieron tanto en las carpas de demonstración como en las 25ha de campo destinadas a demostraciones en vivo.
Pese al tono pesimista que marcó el ambiente, condicionado por la coyuntura actual del mercado de la patata, la cita dejó claro que el sector mira al futuro con determinación. La percepción general fue la de asumir los ciclos de la producción: “unos años buenos traen consigo un año malo, pero después vuelven los años buenos”, se repetía entre expositores y visitantes.
Más de 300 empresas nacionales e internacionales mostraron sus últimas innovaciones en maquinaria, insumos y servicios, atrayendo a profesionales de hasta 119 países. Entre las actividades más concurridas destacó la demostración de cosechadoras de gran tamaño, tanto remolcadas como autopropulsadas, que captó la atención de cientos de asistentes.
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La feria también puso el foco en la innovación tecnológica. Uno de los ejemplos más comentados fue el robot de selección de patatas presentado este verano en el pólder Noordoost, que aplica inteligencia artificial para detectar precozmente plantas enfermas, reducir la presión de virus y optimizar la mano de obra.
Con su marcada dimensión internacional, sus demostraciones a gran escala y la apuesta por soluciones tecnológicas, Potato Europe 2025 volvió a evidenciar la fortaleza de un sector que, a pesar de las dificultades coyunturales, se mantiene comprometido con la innovación y el progreso.



















