Revolución saludable en los colegios: fruta y verdura diarias

El nuevo Real Decreto del Gobierno impulsa menús escolares más saludables y sostenibles, con fruta y verdura diarias, menos ultraprocesados y un mayor peso de los alimentos locales y ecológicos
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El Consejo de Ministros ha dado luz verde al Real Decreto que transformará los comedores escolares en España. La normativa fija nuevas pautas nutricionales para los centros educativos públicos, concertados y privados con comedor, desde Infantil hasta Formación Profesional de grado medio. El objetivo: ofrecer una alimentación equilibrada, inclusiva y respetuosa con el medio ambiente.

Fruta y verdura todos los días

Uno de los cambios más visibles es la incorporación diaria de frutas y verduras frescas en los menús. Al menos el 45% de estos productos deberán ser de temporada, lo que refuerza su valor nutricional y su disponibilidad local. Además, se exige la presencia regular de legumbres, cereales integrales y pescado, y se limita el uso de alimentos precocinados o fritos a solo una vez al mes.

La nueva normativa pone freno a la presencia de ultraprocesados en los colegios. Se prohíbe la venta y el consumo de bollería industrial, snacks hipercalóricos y refrescos azucarados, tanto en comedores como en máquinas expendedoras y cafeterías. El agua será la única bebida permitida por defecto, reforzando su papel como opción saludable por excelencia.

Apuesta por lo local y ecológico

Otro de los pilares del decreto es la sostenibilidad. Los comedores deberán destinar parte de su presupuesto a alimentos ecológicos y de proximidad. Se establece un mínimo del 5% del gasto o, al menos, dos platos al mes elaborados con productos certificados como ecológicos. Esto favorece a la economía local y contribuye a reducir la huella ambiental de los menús escolares.

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Más allá de la nutrición, el nuevo Real Decreto también tiene un enfoque social. La medida pretende corregir desigualdades alimentarias que afectan sobre todo a las familias con menos recursos, donde la obesidad infantil presenta índices más altos. Según estudios recientes, casi la mitad del alumnado de entornos vulnerables sufre sobrepeso o riesgo de obesidad.

Seguimiento y evaluación obligatorios

Los centros escolares no solo tendrán que aplicar estas nuevas directrices, sino también evaluar su cumplimiento. Se exigirá un informe anual que recoja los menús servidos, su adecuación nutricional y su impacto medioambiental. Esto permitirá ajustar las prácticas y garantizar que el objetivo de mejorar la alimentación escolar se traduzca en resultados reales.

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