El director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, Gabriel Trenzado, ha explicado a Efeagro que los productores se enfrentan a «una coyuntura muy incierta por la situación geopolítica que afecta al funcionamiento de los mercados», con «momentos de alta especulación y ruptura de cadenas de abastecimiento».
El comercio de alimentos y bebidas españoles está sufriendo las turbulencias de la tormenta comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que llevó a la Unión Europea a limitar con ese país la subida de aranceles al 15 % desde agosto pasado.
España es una potencia exportadora en agroalimentación: hasta julio el superávit comercial sumaba más de 12.000 millones de euros y las exportaciones superaban los 45.000 millones.
Trenzado ha defendido las oportunidades en forma de «acuerdos comerciales equilibrados desde el punto de vista de la competencia y la reciprocidad, sin dejar de trabajar en mercados difícilmente sustituibles como EEUU».
Otros problemas para los productores
Si bien en la mayoría de sectores se perciben cotizaciones elevadas, Trenzado ha mencionado otros condicionantes que limitan la competitividad, como el acceso a los mercados, la falta de relevo y el impacto del clima.
Los fenómenos extremos más frecuentes, como las sequías y danas, están afectando a la rentabilidad del campo; y tanto el agua como la sanidad animal y vegetal se han vuelto «determinantes».
«Desde el cooperativismo se trabaja para seguir llegando a otros mercados, para lo cual la cooperación con otros actores de la cadena es fundamental», ha apuntado.
Industria La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas ha destacado que son un «sector responsable, innovador, sostenible, generador de empleo y potencia en exportaciones».
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FIAB está pendiente de la nueva normativa de gestión de envases y otras como el desperdicio y la deforestación; y cree que falta reforzar la coordinación entre administraciones para implementar la legislación sobre seguridad alimentaria, información al consumidor y controles oficiales.
A su juicio, España y Europa deben reducir su dependencia energética de los combustibles fósiles; ayudar a la reindustrialización; combatir la ausencia de personal cualificado; diversificar mercados; e innovar más en tecnología, entre otros desafíos.
Distribución
El director general de la patronal Asedas, Ignacio García Magarzo, ha apostado por mantener el «eficiente» sistema de distribución alimentaria en España.
Ha señalado que el reto no es «solo mantener este modelo capaz de llevar la alimentación a cada barrio y cada pueblo, sino mejorarlo y adaptarlo a los nuevos hábitos de consumo».
La relación entre los eslabones es una «prioridad», según Magarzo, que ha reivindicado también el transporte y los proveedores de insumos agrarios.
Consumidores
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sin embargo, se muestra más crítica ante el hecho de que «comer bien en España se haya vuelto una carrera de obstáculos para demasiadas familias».
Hasta septiembre, la cesta de la compra se ha encarecido el 1,7 % anual tras la fuerte inflación de los últimos años, mientras que en 2024 nueve de cada diez españoles tenían «mucha dificultad» en llegar a fin de mes.
La OCU ha sostenido que «el precio de la cesta empuja hacia elecciones menos saludables; los comedores escolares siguen lejos del ideal nutricional; y la publicidad a menores continúa colonizando pantallas y redes con reclamos de comida insana».
También ha asegurado que «las etiquetas confunden mucho; el origen de los alimentos no siempre es transparente; y la transición hacia una alimentación más sostenible puede encarecer más el tique de compra si no se gestiona con justicia».