Los datos de agosto hablaban de una cosecha medianamente baja comparada con el ranking de los últimos años que introducía variaciones en algunos países, como por ejemplo en España, que en el mes de agosto parecía que fuera a tener una cosecha más elevada que la del 2021-22.
Sin embargo, a medida que transcurrían los meses se observaba una tendencia más a la baja que las primeras previsiones. Según señala Philippe Binard, secretario general de Freshfel, “no hablamos de una equivocación sino más bien de un ajuste porque los datos evolucionan en función del tamaño de la fruta, de las condiciones climáticas, del agua o en función de otros factores que impactan en la calidad. Siempre se hace necesario mirar con especial ojo a los dos gigantes, Italia y Polonia, porque sus producciones tienen especial importancia en la cifra global.”
“Cada vez resulta más complicado acertar en nuestra estimación ya que las condiciones climáticas de agosto, septiembre y octubre pueden influir significativamente tanto en la calidad como en la cantidad”, explica Binard.
El potencial oficial de producción en la U.E. es de unos 13 millones de toneladas, una cifra que resulta demasiado alta si se compara con la cantidad que pueden consumir los europeos. “El punto de equilibrio para el sector podría estar en unos 11 millones de toneladas, asumiendo que una parte va a la conservación y otra al mercado en fresco que absorbe entre 6 y 7 millones de toneladas.”
Menos hectáreas de producción
En Europa la superficie plantada de manzanas ha descendido entre 30.000 y 40.000 hectáreas en los últimos 15 años, principalmente en los países del este (Polonia, Hungría y Rumanía) aunque se da una tendencia que puede ser parcialmente compensada por una mayor productividad. En Polonia, el aumento de costes hace que los pequeños productores no consigan elevar la producción para estabilizar un país de tal envergadura desde el punto del sector de la manzana.
La temporada acabó sin ningún stock porque hubo una escasa importación del hemisferio sur con unas cifras bastante limitadas si se compara con años anteriores. Desde el principio, en el hemisferio norte la demanda se comportó correctamente ya que el mercado estaba limpio y la transformación demandaba mercancía. Se daba un buen equilibrio entre mercado en fresco y mercado para transformar. Esta situación concluyó en que los precios estaban altos para comenzar la temporada y el sector se beneficiaba de una cosecha de manzana más baja que el año anterior.
El producto orgánico
Por otro lado, el diferencial entre producción orgánica y convencional disminuye y el producto orgánico pierde atractivo. El gráfico demuestra la diferencia entre la Gala convencional y la Gala bio.

El principal mercado de exportación de la U.E. es el Reino Unido, seguido de Brasil, que ha subido un 12%. Las ventas hacia India, los Balcanes y América del sur son destinos en crecimiento.
Problemas en el consumo
No solo ocurre con las manzanas sino con toda la fruta y hortaliza. El consumo lleva una trayectoria en descenso. La gráfica enseña como el consumo en 2018 era de un 15,4% y en 2022 se queda en un 14,3%.
Las cifras de consumo per cápita son diferentes entre todos los países y nos movemos en una franja entre 8, 14, 15 e incluso 16 kilos por persona y año. Se trata de un declive lento pero seguro, pese a que el nivel de penetración de la manzana en los hogares es bastante alto.
Los retos del sector pasan por múltiples aspectos: adaptación a las nuevas condiciones climáticas, puesta en marcha de nuevas prácticas agrícolas, crear nuevas dinámicas de consumo como el snacking o ajustar el declive de la demanda de producto orgánico. “Al final, una buena estrategia de marketing puede aportar soluciones que también pueden aplicarse al resto de las frutas y hortalizas porque cada vez el mensaje es más claro: hay que consumir 400 gramos por aspectos como la salud y 400 gramos por el impacto medioambiental que la fruta tiene comparado con otros productos. “Desde Freshfel como organización ya no pedimos a nuestros interlocutores políticos que esta cantidad quede fijada en 400 gramos sino en 800. Esta política contrasta con la incoherencia de algunas iniciativas como la de La Granja a la Mesa, la política del Pacto Verde o el plan para luchar contra el cáncer. El mensaje es claro hay que producir y consumir más frutas y hortalizas”.
Tal y como se ve en las gráficas, en Alemania el consumo ha bajado de 15 a 14 kilos por persona, en Francia de 14 a 13, en Polonia es de unos 14 kilos y en España de unos 10 kilos por persona.




































































































