En el competitivo mercado de la sandía en la península y en los destinos de exportación, Semillas Fitó sigue posicionándose como un referente gracias a una estrategia varietal basada en tres pilares: alta calidad interna, adaptabilidad al entorno y gran productividad. Aunque la trayectoria de la compañía ha sido más larga en melón, en los últimos años ha logrado consolidar una oferta de sandías triploides que responde tanto a las exigencias del agricultor como a las preferencias del consumidor.
“En Fitó trabajamos para desarrollar variedades que garanticen la mejor producción al agricultor y calidad al consumidor. Ese es el equilibrio que buscamos”, afirma José Antonio Zafra, técnico comercial de sandía de Semillas Fitó.
Variedades estratégicas: Leiva, Raquel, Pilar y Amaral
En la categoría de sandías polinizadoras, Leiva, Raquel y Pilar han demostrado un excelente comportamiento en campo y una alta cuota de mercado por su calidad interna. Estas variedades de microsemillas alcanzan los 12 grados Brix con facilidad, con un sabor y una textura muy valorados en toda la cadena de valor.
La gran novedad de esta campaña es Amaral, una variedad tipo Crimson, también de microsemilla y con una calidad interna sobresaliente. “Estamos convencidos de que Amaral marcará un antes y un después en este segmento por su sabor, textura y rendimiento”, asegura Zafra.
Calidad superior y adaptabilidad como seña de identidad
Las variedades de sandía de Semillas Fitó destacan por un sabor excepcional y un mayor contenido en grados Brix frente a otras opciones del mercado. “Aportamos algo más en calidad gustativa y eso marca la diferencia”, apunta Zafra. Esta calidad se mantiene independientemente de la zona de cultivo y de la época de trasplante, como ya se ha demostrado con éxito en Almería, Murcia y Castilla-La Mancha.
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“Una sandía trasplantada en enero bajo invernadero no será igual que una en La Mancha en mayo, pero en ambas situaciones mantenemos el nivel de calidad, y ese es el punto a favor de las variedades de Semillas Fitó”, subraya el técnico.
Soluciones reales frente a los desafíos del campo
A esto se suma un fuerte trabajo en mejora genética para dotar a las variedades de una mayor vida poscosecha, corteza más resistente y carne firme, elementos clave en la cadena de distribución. “Nos centramos en ofrecer variedades que respondan a las necesidades reales de cada eslabón de la cadena de valor”, explica Zafra.
Hacia una sandía más pequeña, más rentable y más sostenible
La tendencia del mercado se mueve hacia sandías de menor calibre, pensadas para unidades familiares pequeñas y un consumo más inmediato. Semillas Fitó ya trabaja en esta línea en otros países y su objetivo es introducir esta tipología en la península en los próximos años. “Queremos desarrollar sandías de 3 o 4 kilos que cuajen mejor, necesiten menos agua y abono y mantengan el nivel de producción. Se trata de lograr más con menos recursos y dejar menor huella ecológica”, explica Zafra.
Además, Fitó está investigando nuevas líneas que permitan a las sandías adaptarse mejor a las condiciones extremas del clima, garantizando así su rentabilidad y sostenibilidad para el agricultor.
Compromiso con toda la cadena agroalimentaria
Desde el productor hasta el consumidor, la gama de sandías de Semillas Fitó está pensada para aportar valor en cada fase. Alta producción, excelente calidad interna, resistencia poscosecha y adaptabilidad hacen de estas variedades una herramienta clave para un cultivo que exige resultados. “Nuestro compromiso es innovar con sentido práctico, pensando siempre en soluciones que funcionen en el campo y en el mercado”, concluye Zafra.



































































































