Florette, el gigante verde

La empresa pionera en productos de IV Gama se sitúa hoy como la principal referencia en el mercado de vegetales frescos. Con una amplísima superficie de cultivo y una facturación que superó los 215 millones en 2022, Florette continúa afrontando retos en materia de sostenibilidad e innovación para seguir ofreciendo sus productos del campo a la mesa

Canónigos. Escarolas lisas o rizadas. Rúcula. Espinacas. Berro. Kale. No podían faltar las lechugas: Iceberg, Romana, Lollo, Batavia… Estos y más son los vegetales que se cultivan “sin prisas” en Florette, la empresa de origen navarro que nació hace más de 35 años para traer a España la IV Gama de vegetales frescos que hasta entonces solo se encontraba presente en países europeos como Francia. La novedad y practicidad de un producto que se adaptaba a los nuevos tiempos de cambio en el consumo y las rutinas de los usuarios posibilitó que Florette se posicionase como el principal productor y comercializador de vegetales frescos y hoy es líder indiscutible en IV Gama.

Florette forma parte del grupo Agrial, la cooperativa y procesadora agroalimentaria francesa, que está presente tanto en Europa como en África y Estados Unidos. En España, Florette posee alrededor de 2.067 hectáreas de cultivos repartidas por toda la península y las islas Canarias, donde producen las más de 60 variedades de lechugas y brotes tiernos que conforman su amplio catálogo de ensaladas envasadas y listas para consumir y bowls y snacks saludables.

Los brotes tiernos se cultivan bajo invernadero en los cultivos protegidos de Florette. Fuente: L.P.

Proximidad para una máxima frescura

Con 14.000 puntos de venta y más de 2.000 empleados, Florette calcula que comercializa cada día alrededor de unas 750.000 ensaladas. Para ello la proximidad es un requisito esencial; como bien señala Javier Les, director de Calidad, Sostenibilidad e Innovación en Florette, “el único secreto es el frío. Por eso en cuanto se recolecta se envía el producto a los centros de enfriamiento y ahí se mantiene a 2-3 grados hasta su llegada al supermercado”. Los 6 centros de producción de los que dispone la empresa se encuentran situados siempre, sin excepción, próximos a los campos de cultivos (dos en Navarra, uno en Toledo, otro en Tarragona, uno más en Murcia y el de las islas Canarias). “La única forma de que el producto vaya del campo a la mesa es cultivar cerca de donde envasamos y envasar cerca del cliente”, asegura Les.

Para disponer de producto fresco y de calidad durante los 365 días del año se alternan las zonas de producción. Así pues, durante las estaciones cálidas se cultiva en zonas altas de Albacete, Almería o en Navarra; en invierno la producción propia se concentra en el Levante y la estabilidad climática de las islas permite una producción continua durante todo el año. “Todo lo que se produce en las islas es para las islas”, apunta Les. Además de producción propia, Florette cuenta con acuerdos de colaboración con agricultores y de este modo se consiguen producir alrededor de unas 40.000 toneladas de producto al año.

Al aire libre se cultivan las ensaladas adultas, en invierno en el Levante y en verano en la zona de Navarra. Fuente: L.P.

En Florette han implementado cultivos protegidos en invernadero para cubrir la demanda de brotes tiernos durante todo el año (hojas de canónigo, rúcula, espinaca, berro, kale…). “Son productos muy delicados”, explica Javier Les, “en exterior no tendrían la calidad necesaria. Además, desde que se recolecta no sufren ningún tipo de manipulación, no se quitan hojas malas ni nada, por eso tienen que estar perfectos”. Al aire libre producen lo que son las ensaladas adultas, más resistentes a las adversidades climáticas (todas las lechugas y las escarolas).

“La única forma de que el producto vaya del campo a la mesa es cultivar cerca de donde envasamos y envasar cerca del cliente”

El proceso de elaboración de las ensaladas en Florette es dinámico, ya que en cuanto el cultivo se encuentra en el momento óptimo para su recolección se cosecha y se transporta a las centrales de producción donde en seguida se llevan a cabo los controles de calidad y se comienza el proceso de cortado y selección. El lavado y secado viene después y es esencial para ofrecer a diario un producto de calidad. Una vez envasado se distribuye a los supermercados y puntos de venta que suponen el 80% de la comercialización en Florette. El otro 20% restante está destinado a Food Service como es restauración o Cash&Carry.

Sostenibilidad e innovación verde

En Florette la calidad y frescura de sus productos va de la mano con un crecimiento sostenible que es posible gracias a la innovación en técnicas de cultivo y de ahorro de agua. “Disponemos de un sistema de recogida de agua de lluvia que se almacena en un pantano y se utiliza luego para el riego”, explica el director de Sostenibilidad. También se utilizan mantas térmicas para que las semillas germinen con un solo riego y de forma homogénea. Para ahorrar agua y aumentar la producción se monitoriza el regadío y se implementa un sistema de regado para cada cultivo: al aire libre goteo para poner el agua directamente en las raíces y dentro de invernadero microaspersión.

Javier Les también explica que en Florette se trabaja con fitosanitarios naturales “para no tener residuos”. “En los brotes, siempre naturales y al aire libre hacemos estrategia combinada para que al final del ciclo nunca pueda haber residuo en el cultivo”. Los certificados de Calidad y Seguridad alimentaria con los que cuenta la empresa certifican las buenas prácticas agrícolas, además de otras acciones transversales que se llevan a cabo desde Florette para reducir la huella hídrica, el desperdicio alimentario y el uso de plásticos.

“Disponemos de un sistema de recogida de agua de lluvia que se almacena en un pantano y se utiliza luego para el riego”

En un producto listo para consumir como el que ofrece Florette el uso de plásticos brinda seguridad alimentaria y conservación, por ello, aunque aún no se pueda hablar de una eliminación total sí apuestan por reducir al máximo su uso: donde antes se utilizaban plásticos laminados ahora se trabaja con monomateriales reciclables, los boles rígidos de ensalada están hechos al 100% de material reciclado y reciclable y se ha reducido la altura de los envases para ajustar mucho más la bolsa al producto; de este modo y con este tipo de acciones, “este año hemos evitado unas 255 toneladas de plástico en el mercado”, subraya Les. El director de Sostenibilidad explica que se están consiguiendo materiales bio, de origen natural, que son compostables y reciclables, y que se implementarán “cuando el diferencial de precio no sea tan elevado”.

Desde Florette han tomado medidas para reducir el consumo de plástico en sus ensaladas envasadas. Fuente: Florette

La unidad de I+D+i de la empresa, Florette Innova, está acreditada por el gobierno de Navarra y desde ahí impulsan ahora mismo un total de 14 proyectos europeos y nacionales enfocados a fomentar la sostenibilidad; como el Proyecto Life Agropaper, cuyo objetivo es remplazar los acolchados plásticos utilizados en los cultivos al aire libre por celulosa que pasaría a incorporarse en el suelo; Recolecta, que es otro proyecto destinado a la predicción del momento óptimo para la recolección a través de Big data; o, por ejemplo, el Poyecto Co-fresh, dedicado a la reducir el desperdicio alimentario y con el que Florette colabora como piloto de IV Gama. Para finalizar, la empresa navarra también pone en marcha planes para impulsar la transformación digital por medio de tecnología blockchain o proyectos como IA Food o AgrarIA.

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