Fruit Today habló con Pepe Navarro, gerente de Navarro Darder, empresa productora e importadora de cebolla desde hace más de 40 años y que ahora ha expandido su actividad a países como Senegal.
Ustedes pasan de ser unos grandes exportadores a importadores ¿Por qué importar cebolla de otros países como Perú o Nueva Zelanda?
Hace unos 15 años se comenzaba a ver que la cebolla dulce estaba en auge en países como Estados Unidos. Nosotros nos dimos cuenta de esta tendencia y empezamos a interesarnos por ese nicho de mercado. No fuimos los primeros, ni mucho menos, pero sí de los primeros en introducir la dulce en el mercado. Su consumo sigue creciendo y Perú y Méjico se han convertido en los grandes proveedores durante siete meses al año.
Las importaciones de Nueva Zelanda responden a otro motivo, porque a partir de marzo, necesitamos una cebolla de calidad y Nueva Zelanda y otros países del entorno, se han convertido en unos proveedores muy confiables.
Importamos porque se vende, sino no se asumiría el riesgo que supone importar. Cuando se vende cebolla vieja, que no tiene tanta calidad, las ventas bajan. El consumidor español quiere tener calidad todo el año. En España tenemos cebolla en primavera, pero no existen los volúmenes suficientes para cubrir la demanda y es durante estos meses cuando el aprovisionamiento desde estos países aumenta.
Respecto a la exportación, seguimos exportando, pero no tanto como lo hacíamos. Fue una decisión empresarial minimizar las exportaciones, aunque seguimos manteniendo los clientes más atractivos.
Ustedes tienen producción en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón. ¿Qué volumen llegan a manejar?
Comercializamos unos 30 millones de kilos anuales de cebolla seca, es decir dulce, morada, amarilla y blanca.
¿Cuánto tiempo llevan de aventura senegalesa?
Hace unos seis años que llegamos a Senegal, pero solo dos en los que hemos comenzado de manera más formal. Senegal nos permiten tener nuevos proyectos muy atractivos entre las manos.
¿Qué otros proyectos tienen a nivel de empresa?
El año pasado entramos en el proyecto de Nunhems y estamos ahora envasando Sunions. Otra de las ideas que tenemos es ampliar la central de confección, que se nos está quedando pequeña.
¿Cómo se prevé la campaña?
Creo que será una campaña buena, de momento con precios altos. Por supuesto no será como la del año pasado, que fue atípica a causa de la escasez a nivel mundial. En Europa central y en el norte no tienen tamaños, por lo que los calibres gordos estarán en España.
¿Qué me dice del daño interno que afecta a las cebollas?
No conocemos a ciencia cierta por qué se produce ni cómo erradicarlo, aunque hay muchos intentos por parte de las compañías fitosanitarias e incluso de universidades de varios países. Recién cosechada la cebolla, el daño no se llega a ver, y solo se detecta cuando está en la cámara. De momento, nadie tiene la solución.
Otro de sus productos es la calabaza, ¿cómo ve su desarrollo?
Es un cultivo en auge cuyo consumo crece cada año porque la variedad butternut está ayudando mucho al desarrollo de la categoría, al igual que lo está haciendo la asociación `Love Kalabaza´, muy centrada en extender el consumo, sobre todo entre los más pequeños.