Bajo el lema “Ingeniería agronómica: la raíz del progreso”, el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros de Agrónomos (CGCOIA) ha conmemorado en Madrid el 75º aniversario de la creación de la organización colegial de los ingenieros agrónomos. Lo ha hecho a través de un acto que ha tenido lugar en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación al que ha acudido el ministro Luis Planas Puchades, además de representantes de la organización, así como de la administración y de la cadena de valor agroalimentaria.
Legado tangible
Durante la apertura del acto, el presidente del CGCOIA, Baldomero Segura, ha reivindicado el papel fundamental que los ingenieros agrónomos han desempeñado a lo largo de su historia y su labor crucial en la transformación y el desarrollo de nuestro país: “Igual que la raíz es la base del crecimiento de cualquier planta, la raíz de todo crecimiento y de todo conocimiento se encuentra en lo invisible y lo intangible. En este aniversario, queremos destacar no solo el legado tangible de la actividad profesional de los ingenieros agrónomos españoles sino también su influencia invisible, esa que ha moldeado el futuro de un sector estratégico para la economía y la sociedad españolas”, ha destacado.
Segura ha hecho un breve repaso de la historia del CGCOIA desde que el Ministerio de Agricultura publicase, el 31 de marzo de 1950, el Decreto que daba carta de naturaleza a los Colegios Oficiales de Ingenieros Agrónomos: “Durante estos 75 años, los Colegios han ido adaptándose a los cambios profundos que ha sufrido la sociedad española en general y el sector agroalimentario en particular. Nuestra organización, en la medida de sus posibilidades, debe ser capaz de seguir aportando su colaboración para mantener la actividad de unos profesionales que han contribuido y contribuirán en el futuro de la pujanza de un sector agroalimentario eficiente y sostenible, manteniendo sus estándares de calidad y seguridad alimentaria”, ha recalcado.
Hitos en la transformación como profesión
Durante esta jornada conmemorativa se ha puesto de relieve la evolución que han experimentado los ingenieros agrónomos, repasando diversos momentos clave en la transformación de una profesión que no ha dejado de trabajar en la innovación y en el desarrollo de nuevas mejoras, lo que refleja su capacidad de adaptación y liderazgo frente a los grandes retos que se nos presentan.
A lo largo de su trayectoria, los ingenieros agrónomos desempeñaron un papel decisivo a la hora diseñar un modelo agrícola más moderno, eficiente y productivo, basado en la ingeniería del agua, la sanidad vegetal, la formación técnica y la transferencia de conocimientos. Su intervención permitió sentar las bases de una agricultura capaz de alimentar a la población y responder con solvencia a sus necesidades más básicas.
Agroindustria fuerte e innovadora
La segunda gran transformación vino con la industrialización de la producción primaria. Los ingenieros agrónomos fueron esenciales en el salto de la finca al procesado, la conservación y la valorización de los productos agrícolas, favoreciendo el desarrollo de una agroindustria fuerte e innovadora. Más tarde, anticipándose a los debates sociales, abordaron, de forma transversal, la dimensión ambiental del desarrollo, evaluando impactos, diseñando medidas compensatorias, gestionando residuos y proponiendo soluciones sostenibles a cualquier tipo de proyectos e iniciativas, independientemente de si pertenecían o no al ámbito estricto del sector agroalimentario.
Esta sensibilidad medioambiental se consolidó con el impulso de un modelo productivo más racional, que apuesta por el uso eficiente de recursos naturales y la transición hacia una economía circular y baja en emisiones, optimizando cada proceso con una clara vocación sostenible.
En las últimas décadas, la ingeniería agronómica ha seguido demostrando su capacidad de adaptación ante nuevos desafíos, tales como el cambio de hábitos alimentarios o el crecimiento demográfico. Ha sido clave en la aparición de soluciones como listos para cocinar o listos para consumir, las cadenas logísticas modernas o las dietas culturales, pensados para poblaciones urbanas y diversas.
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A todo esto hay que sumar el complejo proceso que conlleva la digitalización del campo, un cambio que ha revolucionado la forma de producir gracias al uso de tecnologías avanzadas como drones, sensores, inteligencia artificial o robótica. Lejos de detenerse en su evolución, la ingeniería agronómica va más allá de la producción alimentaria y, en estos momentos, se adentra en cuestiones como el aprovechamiento integral de los sistemas biológicos para producir energía, la fabricación de nuevos materiales o la búsqueda de soluciones innovadoras basadas en las bioenergías, los bioestimulantes, la biorremediación, la elaboración de materiales de origen orgánico o la lucha biológica, abriendo un nuevo mundo donde lo vivo nos ayude a resolver los desafíos del futuro.
Próximos eventos
El acto celebrado hoy es el primero de una serie de eventos que tendrán lugar a lo largo del año y que se verán complementados con las actividades que realizarán los diversos Colegios Oficiales en sus demarcaciones o ámbitos territoriales para conmemorar dicha efeméride.