La Unión Europea está muy cerca de aprobar una normativa pionera. “Parece ser que antes de que finalice el año se va a aprobar la primera directiva europea sobre la vigilancia del suelo”. El objetivo es abordar de forma coordinada el grave deterioro que afecta al 60% de los suelos comunitarios. Aunque lo daños varían por regiones, se trata de una problemática transversal que afecta directamente al futuro del sector agrario. Así lo ha asegurado Clara Aguilera, experta en Política Agraria Europea, durante su intervención en el Congreso ‘Del Suelo a la Mesa’, donde analizó el contexto y el alcance de esta nueva legislación.
Cronología y efectos
El proceso legislativo comenzó en 2020 con la elaboración de una estrategia europea del suelo. En 2021, la Comisión publicó una comunicación al respecto, y actualmente se debate en trílogos la directiva que recoge los principios de la futura Ley de Vigilancia del Suelo.
La normativa busca establecer un marco común para los Estados miembros en lo referente al cuidado del suelo. Al ser una directiva (y no un reglamento), no será de obligado cumplimiento, recordó Aguilera.
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Claves de la nueva directiva
Entre las claves de esta nueva directiva, Aguilera destacó tres ejes principales: la protección del suelo, su uso agrícola y ganadero sostenible, y la restauración de las zonas degradadas. Este enfoque se alinea con otros instrumentos legislativos europeos, como la Ley de Restauración de la Naturaleza.
A pesar de los avances, el Consejo (los gobiernos nacionales) mantiene sus reticencias, defendiendo que la política de suelos debe seguir siendo de competencia “estrictamente nacional, como el agua”. “Con la nueva Comisión va a haber más normativa sobre el agua”, adelantó.




































































































