Las restricciones a la materia orgánica provocan pérdida de fertilidad del suelo

Estudios preliminares del proyecto NITROSFERA demuestran que la limitación en el uso de enmiendas orgánicas, unida a las altas temperaturas, degrada la estructura del suelo y amenaza la sostenibilidad y competitividad de la agricultura en la Región de Murcia
NITROSFERA-ensayo-Bonduelle

La normativa medioambiental, diseñada para proteger ecosistemas como el Mar Menor, está generando un efecto colateral crítico: la pérdida progresiva de la fertilidad de los suelos agrícolas. Esta es una de las conclusiones principales del proyecto de investigación NITROSFERA, basándose en sus resultados preliminares.

Pablo Puerto, responsable de Agua y Medioambiente de G’s España y miembro del grupo operativo NUVES, bajo el que se desarrolla el proyecto, lo tiene claro: «Las restricciones en materia orgánica provocan la pérdida de fertilidad del suelo». Su afirmación se sustenta en una conclusión científica clave: la acción fundamental de las enmiendas orgánicas es la de mejorar la estructura del suelo, constituyendo agregados en los cuales el humus (materia orgánica estabilizada por la acción de los microorganismos) actúa de “cemento”, y que, junto con los coloides de las arcillas, es capaz de unir partículas de arena y crear el denominado “complejo arcillo-húmico”.

Este tipo de agregado es el que permite la vida vegetal, crea poros por los que circula el agua y el aíre y actúa como almacén de los nutrientes y del agua que las plantas necesitan para su crecimiento. Además, la materia orgánica aporta una fuente de energía esencial para el desarrollo de la actividad microbiana, que también afecta a la fertilidad del suelo. En definitiva, “las enmiendas orgánicas mejoran la estructura, aumentando el contenido en humus y potencian la actividad de los microorganismos, todos ellos factores determinantes de la fertilidad de los suelos agrícolas”, dice.

Suelos pobres en Carbono y en declive

Asimismo, Abelardo Hernández, director técnico de Proexport y coordinador del proyecto NITROSFERA, advierte: «El contenido en carbono orgánico de nuestros suelos es muy bajo, rara vez supera el 1% y además disminuye con el tiempo». Hernández señala que este declive se acentúa en periodos sin cultivo y, de manera significativa, con las altas temperaturas del verano, un factor verificado durante los ensayos realizados por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).

«La reducción del contenido de humus se traduce en una pérdida de estructura, que hace el suelo más sensible a la erosión por acción de agentes atmosféricos como agua y viento», explica el coordinador del proyecto.

Buscando el equilibrio entre normativa y competitividad

Ante este escenario, el sector se ve obligado a buscar soluciones innovadoras para mantener la productividad sin contravenir la ley. Otro de los participantes de Nitrosfera, Pedro José Albaladejo, responsable de producción del Grupo Hortofrutícola Murciana de Vegetales, detalla la estrategia: «Intentamos compensarlo con la utilización de bioestimulantes, probióticos, bacterias captadoras de nitrógeno, etc., con el objetivo de no perder competitividad en el mercado y seguir siendo rentables».

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Una de las líneas de trabajo más prometedoras es la utilización de microorganismos específicos. Mickael Michaud, responsable de producción de BF Agrícola (Grupo Bonduelle), explica que utilizan trichodermas para combatir hongos patógenos, bacterias que solubilizan nutrientes inmovilizados y bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico. «Todos ellos con el objetivo de mejorar la nutrición y ahorrar en los insumos químicos de forma proporcional», afirma.

El Reto: una agricultura sostenible y competitiva

El desafío, en definitiva, es encontrar un nuevo equilibrio. Abelardo Hernández lo puntualiza: «Estamos buscando el equilibrio entre la reducción de los fertilizantes minerales, capaces de aportar de forma rápidamente asimilable los nutrientes, y las limitaciones en los aportes de materia orgánica necesarios para mantener las reservas de humus».

El proyecto NITROSFERA se erige así como un laboratorio a pie de campo para diseñar un modelo agrícola que sea a la vez respetuoso con el medio ambiente y económicamente viable, asegurando que la tierra no solo dé frutos hoy, sino que conserve su capacidad para hacerlo en el futuro.

El proyecto NITROSFERA, en el marco del PROYECTO NUVES, es una iniciativa de I+D+i que aglutina a empresas líderes del sector hortofrutícola murciano, entre ellas G’s España, Proexport, Murciana de Vegetales y Bonduelle; e instituciones académicas como la UPCT. Su objetivo es desarrollar y validar estrategias de fertilización innovadoras y sostenibles que se adapten al nuevo contexto normativo.

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