Los incendios han golpeado el corazón agrícola del Jerte

Con más de 17 355 hectáreas arrasadas y un perímetro de 170 kilómetros, el incendio de Jarilla es el mayor fuego forestal registrado en Extremadura y ha afectado a la producción de cereza, castaña y olivar. También se ha cebado con zonas de alto valor natural como la Reserva de la Garganta de los Infiernos, la Red Natura 2000 de la Sierra de Gredos y el propio Valle del Jerte
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El fuego, que comenzó el pasado 12 de agosto pudo ser controlado 13 días después y ha supuesto un antes y un después en la historia medioambiental y agrícola de la región.

Aunque las llamas no han puesto en riesgo la totalidad de la producción, sí han provocado un duro revés a numerosos agricultores y ganaderos de la zona. Según datos de Asaja Extremadura, las pérdidas directas en el sector ganadero superan los 5 millones de euros, con la muerte de más de 200 vacas, 600 ovejas y cerca de 4 000 colmenas, además de infraestructuras rurales destruidas.

Los efectos más preocupantes recaen sobre cerezos, castaños y olivares, pilares de la economía jerteña. La Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte ha lanzado un mensaje de tranquilidad al asegurar que la continuidad del cultivo de cereza y castaña no está en riesgo, ya que los daños afectan a una parte menor de las explotaciones. Sin embargo, muchos agricultores familiares y minifundistas afrontan la pérdida total de sus fincas, lo que implica años sin ingresos hasta que nuevas plantaciones comiencen a producir.

Pérdidas récord en el campo español

A nivel nacional, la oleada de incendios de agosto —con más de 350 000 hectáreas calcinadas— ha generado pérdidas estimadas en 600 millones de euros, una cifra récord que golpea especialmente a la agricultura, la ganadería y la apicultura.

“Nos hemos dejado la piel en el monte, pero el fuego ha podido con todo”, lamentan agricultores locales que ahora miran al futuro con incertidumbre.

NOTICIA REALCIONADA: El Valle del Jerte lucha contra el fuego para salvar sus cerezos

En concreto, el Valle del Jerte, conocido mundialmente por sus cerezos en flor, afronta ahora el desafío de reponerse de la mayor catástrofe medioambiental de su historia reciente. Aunque el futuro del cultivo de cerezas y castañas parece asegurado, las pérdidas inmediatas en agricultura y ganadería son millonarias y dejan a cientos de familias en una situación crítica.

Respuesta institucional y ayudas

El Gobierno ha declarado la zona como de emergencia de protección civil, lo que permitirá agilizar compensaciones y recursos para la recuperación. Se contemplan indemnizaciones por hectáreas de pasto, cerezo y olivar quemadas, así como ayudas para reponer ganado e infraestructuras agrícolas.

En paralelo, Cajamar ha habilitado una línea especial de financiación de 20 millones de euros destinada a agricultores, ganaderos y familias damnificadas, con condiciones preferentes para afrontar la reconstrucción.

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