Con casi medio siglo de experiencia a sus espaldas, Atlántica Agrícola ha sabido mantenerse en vanguardia gracias a su apuesta decidida por la innovación.
La compañía pone el foco en dos líneas con nombre propio: Archer® y Atlanticell. Ambas gamas representan el compromiso de Atlántica con una agricultura más técnica, sostenible y orientada a resultados.
Soluciones “diana” para necesidades concretas
La gama Archer® destaca por su enfoque específico y su formulación altamente especializada. “Son soluciones diana: cada producto está pensado para una necesidad muy concreta”, explica Olga Peña, ingeniera agrícola y delegada comercial en Almería, Granada y Málaga, con más de 25 años de experiencia en el sector.
Entre los más demandados figura Archer® Eclipse, un protector solar rico en calcio, ideal para prevenir quemaduras en los frutos durante episodios de alta radiación. Otro ejemplo es Archer® Ruptor, que ayuda en procesos de la ruptura de la dormancia, favoreciendo una floración más homogénea y adelantada. Archer® Zucchero, por su parte, moviliza los azúcares hacia el fruto, mejorando peso, calibre, color y contenido en grados Brix. Completan la gama productos como Archer® Force, para reforzar las defensas de la planta, o Archer® Osmocare, utilizado ampliamente en hortícolas como tomate y sandía por su amplio contenido en osmoprotectores orgánicos, como la glicina betaina, además de calcio y magnesio que influyen en etapas clave y de mayor estrés para la planta, como son la formación de tejidos, cuajado y maduración.
Microorganismos al servicio del suelo
La otra gran protagonista es la línea Atlanticell, centrada en la bioestimulación y el cuidado del suelo. Se trata de productos desarrollados a base de consorcios de microorganismos como micorrizas, pochonia, tricodermas o bacterias fijadoras de nitrógeno. Destacan formulaciones como Micomix, Tricomix, Pochomix o Nitromix, que no solo regeneran y activan la microflora del suelo, sino que también mejoran la absorción de nutrientes clave como fósforo y hierro, y promueven una mayor entrada en producción.
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“Cada vez hay más conciencia de lo necesario que es cuidar el suelo”, subraya Peña. “Los suelos intensivos están muy castigados, y estos productos nos permiten tener un suelo vivo, donde hemos vuelto a ver lombrices que también tienen una relación simbiótica mejorando la salud del ecosistema y la fertilidad del suelo. Volviendo así a un Suelo Vivo”
Ecológico y convencional: estrategias compatibles
Atlántica también ha consolidado una importante gama de productos certificados para producción ecológica. Pero incluso más allá de esta etiqueta, la apuesta por soluciones de residuo cero permite su aplicación en fincas convencionales sin comprometer los límites exigidos por los supermercados europeos.
Peña lo tiene claro: “La clave está en combinar estrategias. No se trata de excluir las materias activas, sino de reducirlas y complementarlas con herramientas como los bioestimulantes o microorganismos”.
En este equilibrio entre eficacia y sostenibilidad, la empresa mantiene como referentes clásicos productos como Biocat-15 o Razormin, enmienda orgánica de origen vegetal y bioestimulante que siguen marcando tendencia.
La experiencia acumulada y la confianza con los agricultores han permitido a Atlántica abrir camino incluso en los casos más escépticos. “Muchos productores que antes rechazaban el ecológico, hoy lo exigen sin saber que ya lo estaban usando”, concluye con una sonrisa la delegada. Y es que, en manos expertas, la innovación no se impone: se demuestra en el campo.