Tras conquistar el mercado de la cebolla con Valero F1, BASF pretende repetir con la variedad Campero F1 que complementa a la anterior y avanza en ventas tras tres años en el mercado. Un poco más tardía que su antecesora, Campero F1 aporta una alta rusticidad y vigor, además de buena capacidad de conservación y almacenaje, con lo que entra a competir con variedades más tardías que Valero con un formato similar a ésta.
Con un bulbo globoso, muy buena piel, bien cubierta y de color rojizo intenso y brillante, esta cebolla amarilla se enmarca en un “ciclo medio dentro del segmento de día largo” y está desarrollada para plena exportación, explica Francisco de la Cruz Valera, Account manager de Cebolla de BASF.
“Es una buena alternativa para continuar tras la cosecha de Valero F1”, permitiendo al productor escalonar la recolección y ampliar la cosecha. Y es que es ideal para productores que busquen un material de alta calidad y que enlace con Valero F1, ya que comparte las mismas características. Además, aporta un muy buen rendimiento: “puede llegar a dar entre un 10 y un 15% por encima de otras variedades del mismo segmento”.
La empresa trabaja en el desarrollo de variedades para ampliar su portfolio, buscando materiales resistentes a trips, estrés térmico e hídrico y resistencia a fusarium en las distintas zonas. “El estrés térmico es el principal caballo de batalla del sector. Provoca un descenso en el porcentaje de rendimiento y va asociado a incidencia de daño interno”.
Sobre este tema, el daño interno de la cebolla, se habló largo y tendido en el Encuentro Internacional del Sector de la Cebolla, IOM 2023. “Se están haciendo ensayos con bacilos que parecen controlar en gran medida el daño interno de empresas y organismos oficiales. Buscamos cómo controlar el daño interno en cebolla, y creemos que va asociado a las altas temperaturas, sobre todo en Castilla-La Mancha, principal zona de producción. Muchas empresas se están planteando cambiar a áreas con veranos más suaves”, adelanta Francisco de la Cruz Valera. En este sentido, cabe destacar que las variedades de BASF se adaptan especialmente bien a zonas con entre 8 y 10 grados menos en picos de verano en esas zonas.