El desarme arancelario acordado para las frutas y hortalizas importadas por la UE y procedentes de Mercosur prevé la desaparición de los derechos arancelarios ad valorem, es decir, los derechos que se imponen a las importaciones sobre el valor de la mercancía y esta desaparición se llevará a cabo dependiendo de los productos, en tres fases, a partir de la entrada en vigor del acuerdo:
- Para los productos con derechos arancelarios ahora establecidos inferiores al 5% se suprimirán cuando entre en vigor el acuerdo. Para los productos con derechos arancelarios ahora establecidos comprendidos ente 5,1% y 10%, se suprimirán en un periodo transitorio de 4 años, en tramos iguales cada año, desde la entrada e vigor del acuerdo.
- Para los productos con derechos arancelarios ahora establecidos superiores al 10,1%, se suprimirán en un periodo transitorio de 7 años, en tramos iguales cada año, desde la entrada en vigor del acuerdo.
- En cuanto a los precios de entrada de las frutas y hortalizas importadas se mantienen, a excepción de los cítricos, pero para Fepex no suponen ninguna protección efectiva del mercado comunitario, ya que son precios que se fijaron en la ronda de negociaciones de Uruguay en 1994. El sistema de precios de entrada establece una cotización mínima por encima del cual debe mantenerse el precio de los productos importados.
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- Respecto al acceso de las producciones comunitarias a los países de Mercosur, en la actualidad estos países requieren la negociación de protocolos fitosanitarios por cada tipo de fruta y hortaliza procedente de la UE que se quiere exportar, lo que dificulta mucho el acceso a estos mercados, sin que se conozca aún si se mantendrá esta obligación tras la entrada en vigor del acuerdo, anunciado el pasado viernes 6 de diciembre.
Exportaciones a los países de Mercosur
La exportación de frutas y hortalizas frescas de la UE a los países de Mercosur en 2023 se situó en 181.511 toneladas, por un valor de 223.680.000 euros, mientras que las importaciones se elevaron a 775.023 toneladas por un valor de 959.632.000 euros, según datos de Eurostat procesados por Fepex.
Protestas el 16 de diciembre en Madrid
Las organizaciones agrarias Asaja y COAG han convocado una protesta el próximo 16 de diciembre frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en Madrid para expresar su malestar «por la falta de respuestas eficaces a sus problemas», entre ellos el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur.
Estas organizaciones han considerado este lunes en un comunicado común que las reivindicaciones de la última oleada de manifestaciones de finales de 2023 y principios de 2024 «siguen vigentes», pese al paquete de medidas impulsado después por el Ministerio con el apoyo de otras organizaciones -UPA y Unión de Uniones-, pero sin el de Asaja ni COAG.
Esas medidas «se han demostrado claramente insuficiente para dar respuesta a las demandas del sector», han apuntado estas dos organizaciones, que han asegurado que los problemas se acumulan, como los altos costes de producción y los bajos precios en origen en parte de las producciones.
Asaja y COAG también han reclamado reformas en la ley de la cadena alimentaria y el sistema de seguros agrarios, al igual que la adaptación de la reforma laboral y los costes salariales a las necesidades del campo.
Asuntos pendientes
La falta de inversiones e infraestructuras y una política hidráulica decidida siguen siendo «materia pendiente», han apuntado las organizaciones, que han destacado la «verdadera amenaza» que representa la proliferación de acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países, como los del Mercosur, Chile, Marruecos y Nueva Zelanda.
Esos países producen «con precios por debajo de nuestros costes de producción y sin cumplir las normativas que imperan para las producciones comunitarias», lo que impacta en los agricultores españoles y europeos provocando pérdidas «inasumibles» y cierres de explotaciones, han apuntado.
Asaja y COAG han exigido un cambio de rumbo en las políticas que atañen al sector agrario, con «decisiones más proactivas en defensa de un sector que toca fondo, con ingresos que resultan insuficientes, con una pérdida de activos que resulta sangrante y con un relevo generacional que no es suficiente para mantener la actividad».