¿Hay que temer a Marruecos?

Las previsiones de la Asociación Marroquí de Exportadores de Aguacates indican que la producción alauita será de 60.000 t en 2024 y se podrían alcanzar las 100.000 t en 2027/28

A nivel global, el mercado del aguacate está valorado en 18.000 millones de dólares, con un crecimiento anual de la producción del 7% en la década 2012-2022. En 2022, se produjeron 8,4 millones de toneladas del que se ha venido denominando ‘oro verde’, según cifran FAO, USDA y Rabobank Group.

A nivel de consumo, Europa ha experimentado un crecimiento generalizado en el periodo 2015/2021. Francia es el principal consumidor de la UE, aunque el mayor dato per cápita lo ostentan los ciudadanos de Países Bajos, con 2,85kg por persona y año.

En el año 2022, el Top 10 de la producción global de aguacate estuvo liderado por el gigante mexicano (2,4 millones de toneladas), seguido de Colombia (0,98) y Perú (0,77). Pero lo más llamativo estuvo a la cola, por el interés creciente de distintos orígenes: países africanos como Kenia y Etiopía experimentaron un incremento productivo (0,42 y 0,1 millones de toneladas respectivamente), al igual que hicieron otros como Tanzania y Marruecos. La evolución de este último origen es especialmente destacable, y está en el punto de mira de buena parte de los actores del Mediterráneo, empezando por España.

En apenas una década, Marruecos ha experimentado un importante crecimiento en su capacidad exportadora de aguacate y ha logrado posicionarse en el top 10 de proveedores del mercado europeo. Las cifras de esta progresión son reveladoras: en la campaña 2012/13 apenas comercializaba 1.157 toneladas al exterior, y en la pasada, 2022/23, las cifras se situaron en 47.100 t, según datos de Comtrade y Eurostat. Se estima que Marruecos tiene ya unas 12.000 hectáreas de superficie de cultivo de aguacate. Una cifra que triplicaría a la de 2018, cuando se contabilizaron 4.000 has.

La UE-27 y Reino Unido son el destino de casi la totalidad de la exportación marroquí de aguacate. En 2022/23, el sector alauita comercializó 45.600 t de aguacate en esos mercados, y solo 1.500 se exportaron a otros destinos.

En esta campaña, el volumen de exportación se podría ver incrementado en más de un 25%. Según declaró recientemente el presidente de la Asociación Marroquí de Exportadores de Aguacates, Abdellah Elyamlahi, a Africanews, la producción alauita podría alcanzar las 60.000 toneladas en 2024. En el horizonte 2027/28, el potencial de exportación se podría duplicar alcanzando las 100.000 t, como ha avanzado la publicación especializada FruiTrop.

En 2022/23 Marruecos ha sido el único país de los tres principales actores del Mediterráneo que ha aumentado ligeramente sus exportaciones (las mencionadas 47.100 t), pese a los problemas climatológicos que afectaron, -eso sí, de modo limitado- a los cultivos. La ola de calor que se produjo a principios de junio tuvo como consecuencia la caída de fruta, pero su incidencia en la zona aguacatera, situada principalmente en la franja costera al norte del país, no tuvo nada que ver con los problemas que tuvieron que afrontar otro tipo de cultivos más al sur, en la región de Agadir.

Zonas productoras y desafíos

La ubicación de las plantaciones de aguacate se concentra principalmente en el norte de Marruecos, entre Larache y el norte de Rabat, en una franja costera de aproximadamente 140 km de largo y poco más de 7 km de ancho. Poblaciones como Sidi Bouknadel, el sur de Kenitra, Ouled Berjal, Sidi Allal Tazi, Ouled Mesbah, Moulay Bousselham y Larache reúnen las mejores condiciones del país para el cultivo de aguacate por su climatología y una mayor disponibilidad hídrica respecto al resto de zonas de Marruecos. Ya prácticamente no se puede ampliar más la extensión de cultivos en esta área, y se han establecido otros tres focos en las inmediaciones de Sidi Slimane y Sid Yahya, donde la expansión está siendo muy rápida y ya habría más de mil hectáreas cultivadas.

Sin embargo, esta evolución ascendente tendrá un tope. Desde el Gobierno de Marruecos, el Ministro de Agricultura, Mohammed Sadiki, ha anunciado a finales de enero la restricción de la expansión del cultivo de aguacate y otros como la sandía y los cítricos, en favor de otros cultivos más resistentes a la sequía, como el pistacho o el algarrobo. La escasez sistémica de agua es un desafío creciente, como evidencian los seis años consecutivos de sequía que vive el país. A finales de enero, el ministro del Agua, Nizar Baraka, destacó la importancia de actuar frente a una crisis medioambiental sin precedentes. La drástica reducción de las precipitaciones, casi un 70% por debajo de la media estacional habitual, está teniendo graves efectos, con presas al 23,5% de su capacidad. La Administración marroquí ha anunciado “medidas inmediatas”, como la aceleración de su estrategia hídrica, que tiene como pilar fundamental la desalinización, además de otras acciones como la interconexión de cuencas fluviales, la construcción de presas y el tratamiento terciario de aguas residuales para incrementar los recursos hídricos disponibles.

Para el año 2027 hay proyectadas siete nuevas desaladoras con el objetivo de diversificar el aporte hídrico para riego. Una de ellas es la de Casablanca, cuya construcción es inminente. Esta estrategia permitiría ampliar las posibilidades de cultivo en nuevas zonas del país, fuera de las ‘tradicionales’. Otros abordajes más rápidos de implementar pasan por la adopción de riego de precisión a través del uso de sensores y tecnologías de IoT (el denominado Internet de las cosas), con vistas a lograr un uso más eficiente del agua.

Pero las soluciones a medio plazo no bastarán y, mientras tanto, la Administración no descarta implementar “medidas drásticas” en las regiones más afectadas por la sequía, entre los que se incluyen cortes temporales del suministro y limitación e incluso prohibición de los cultivos que requieren más aporte de agua, como anunció Sadiki.

Foco de interés

La inversión en infraestructuras hídricas y el menor coste de la mano de obra son algunos de los factores más atractivos de Marruecos como zona productora. Recientemente grupos extranjeros de distinta procedencia (España, Israel, Qatar), se han interesado por este país para invertir en la producción de aguacate. Al otro lado del Estrecho de Gibraltar, el sector español se divide en dos. Por un lado, aquellos que ven Marruecos como una opción para asegurar el suministro los 12 meses del año. Y, por otro, quienes no lo contemplan en su hoja de ruta (al menos, de momento), asegurando que, si hay voluntad y se ponen en marcha las infraestructuras necesarias, España puede seguir aumentando su producción de ‘oro verde’, alegando su mayor calidad como bandera. El tiempo dirá si había que temer o no al vecino de enfrente.

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