Para el desarrollo de su negocio, la firma gallega considera necesario el control de la producción, que en su caso llega hasta un 60% de producción propia. Su CEO, José Piñeiro, remarca que “es ineludible el control de la calidad, del origen y de los volúmenes y esto solo se hace posible con una producción propia muy elevada, así como acuerdos de confianza con otros agricultores.”
Kiwi Atlántico
La firma de Pontevedra, como uno de los principales operadores del sector dentro del panorama español, no deja de lado, a pesar de la escasa producción de esta campaña, sus tres líneas de trabajo.
La primera de ellas es continuar con su fase de expansión, sumando nuevas fincas en producción. Piñeiro explica que “hay que hablar de garantía de suministro y éste solo viene avalado por la producción. Si no tenemos producción no hay nada, es la clave del negocio.”
Un negocio internacionalizado
El segundo eje de la compañía pasa por la internacionalización. De hecho, la empresa posee producción en Grecia, un país que cada año tiene un papel más destacado en la producción europea. Desde España no podemos abordar proyectos de internacionalización porque nuestra producción es baja y la demanda es alta. “Queremos crecer en exportación desde otros orígenes, y aquí también entra Chile, que además aporta la contraestación”, remarca el directivo.
El tercer foco de Kiwi Atlántico está puesto en la sostenibilidad y en la circularidad, tanto en lo referente al consumo de agua en las fincas, como a la circularidad del desperdicio alimentario.
En este último sentido, la compañía de Lois está ultimando los detalles de una planta de suplementos alimenticios que valoriza el kiwi de descarte que no ha entrado en el círculo comercial. “El objetivo pasa por aportar una segunda vida al producto como snack a base de kiwi liofilizado, que en ocasiones se conjuga con frutos secos. Nuestra idea es llegar a conseguir diferentes productos cuyo origen vienen de los descartes de la industria alimentaria”.
Además de Galicia, la firma cuenta con producciones en Asturias, Euskadi y en la zona catalana del Maresme. En un año normal puede llegar a comercializar unas 11.000 toneladas de producto.
Su principal variedad sigue siendo el kiwi verde, “todo y que sabemos que la nueva tendencia de consumo viene marcada por el kiwi amarillo, con el que no descartamos trabajar pero que, a día de hoy, no hemos conseguido los mejores resultados.

































































































