Las frutas son parte vital de dicha seguridad alimentaria, gracias a sus propiedades nutritivas. A medida que los consumidores de todo el mundo cambian sus hábitos hacia opciones más sanas y sostenibles, el mercado mundial de estos productos no solo debe satisfacer la demanda, también debe promover la protección del medioambiente. Su importancia se ve reflejada por su tasa de crecimiento compuesta anual del 6,5% hasta 2030 y la importante fuente de ingresos que es para los agricultores de medio mundo.
Principales riesgos en la producción de fruta
Al igual que en la producción de otros productos agrícolas, la fruta no está exenta de diversos riesgos asociados a los múltiples factores que entran en juego en la agricultura. Además del cambio climático y sus consecuencias directas e indirectas, mencionado anteriormente, otros riesgos que afectan a la producción de fruta son los siguientes:
- Plagas y enfermedades: En todo el mundo existen centenares de especies frutales y cada una de ellas se ve afectada por su propio conjunto de plagas y enfermedades. Esta amenaza supone un problema para el rendimiento de los cultivos y para la calidad de la fruta, llegando en última instancia a matar la planta si no se toman las medidas adecuadas.
- Inestabilidad del mercado: La oferta y la demanda, tanto a nivel local como a nivel mundial, pueden alterar los precios de forma drástica, haciendo que los agricultores no obtengan suficientes beneficios para subsistir o, incluso, acabar con pérdidas.
- Coste de las inversiones: La producción sostenible de fruta requiere de ciertas inversiones en tecnología. Aunque estos sistemas y maquinaria facilitan la vida de los agricultores, no siempre es posible amortizar su coste, complicando las finanzas de la explotación agrícola.
Además de estos riesgos, existen otros, como una gestión de la explotación inadecuada, tasas e impuestos desorbitados o la falta de mano de obra.
Modelos y datos para una gestión precisa
En la agricultura moderna, sólo con una gran cantidad de datos se puede conseguir una gestión eficiente. Determinando el momento de la cosecha, el momento de siembra o la cantidad de insumos a aplicar se puede conseguir el máximo rendimiento y, al mismo tiempo, ahorrar dinero al acabar con el desperdicio. Los sensores colocados sobre el campo han sido uno de los principales aliados a la hora de recabar datos, pero a día de hoy existen otras formas de obtenerlos, como:
- Apps inteligentes. En la actualidad, prácticamente todo el mundo dispone de un teléfono inteligente. Las apps para dispositivos móviles permiten al agricultor disponer de información clave en la palma de su mano, también cuando no se encuentra en su oficina. Desde programas de registro de actividades hasta información meteorológica, cualquier agricultor puede tener la información que necesita siempre disponible.
- Análisis de imágenes de satélite: Desde hace años, las imágenes de satélite nos han permitido echar un vistazo al campo sin estar físicamente presente en él. Sin embargo, no todos los problemas que pueden sufrir las plantas pueden identificarse de forma visual. Gracias a los análisis de las imágenes (por ejemplo, con índices de vegetación) es posible descubrir si las plantas sufren algún tipo de estrés y tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.
- Tecnología de tasa variable (VRT): Los campos no son lugares homogéneos, la topografía o las propiedades del suelo pueden cambiar en cuestión de metros, por lo que una aplicación generalizada de agua o fertilizantes no será igual de efectiva en todos los puntos de los mismos. Gracias a esta tecnología, es posible diferenciar varias zonas en un mismo campo de acuerdo con su nivel de vegetación y calcular cuál es la tasa adecuada para cada una de ellas.
Ejemplos del uso de la tecnología en la producción de fruta
Egipto es un país donde la uva y los cítricos son las principales cosechas. La producción de la uva es más compleja que otras frutas, debido a la vendimia, ya que la temporada de recolección es corta. Para obtener una ventaja competitiva frente al resto de competidores, es necesario comenzar este proceso lo antes posible dentro de la ventana de recolección para que, una vez embalada y enviada, las uvas de la explotación lleguen al mercado antes de que éste se vea desbordado por la demanda. Para conseguir esto, la tecnología ayuda a las empresas a calcular las horas de frío para poder romper la fase de latencia lo antes posible, consiguiendo cosechar la uva con varios días de antelación sin que el sabor ni el tamaño se vean afectados.
En Jordania, la palma datilera es un cultivo popular, pero las condiciones meteorológicas de Oriente Medio complican la calidad y cantidad de las cosechas. Las plataformas de software especializadas, en combinación con los datos de teledetección, permiten detectar el estrés térmico con los índices NDVI y NDMI, aplicando el riego de forma adecuada.
Por su parte, en Filipinas la producción de plátano no deja de incrementar año a año. Sin embargo, la fusariosis TR4 se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para muchos de los agricultores locales, ya que no tiene cura y se expande con rapidez. Al no haber solución disponible, la teledetección ayuda a detectar las zonas afectadas y evitar malgastar recursos en dichas zonas, asumiendo una pérdida menor en la cosecha y poniéndoles en sobreaviso para proteger los campos cercanos.
La digitalización de la producción de fruta es un importante salto adelante para la industria agrícola. La adopción de tecnología de vanguardia puede mejorar sus operaciones, aumentar la sostenibilidad y satisfacer la creciente demanda de alimentos. La constante evolución de dicha tecnología permitirá una producción aún más sostenible y resistente a los efectos adversos.
Autor:
Vasyl Cherlinka es Doctor en Biociencias especializado en Edafología (ciencia del suelo), con 30 años de experiencia en este campo. Licenciado en Agroquímica, Agronomía y Edafología, el Dr. Cherlinka lleva muchos años asesorando al sector privado en este tipo de cuestiones.