La UE debe adaptar la financiación de la PAC para proteger las FyH

Freshfel Europe participó en la 11ª Conferencia Anual de la UE sobre los Instrumentos Financieros del FEADER, celebrada en Milán. El evento, titulado “Financiando la transición hacia sistemas agroalimentarios resilientes y una agricultura sostenible en la UE”, reunió a responsables políticos, instituciones financieras y actores del sector agroalimentario para explorar herramientas financieras innovadoras que impulsen la transición verde y digital de la agricultura europea
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Representando al sector europeo de frutas y hortalizas (F&H), Freshfel Europe subrayó en Milán el papel fundamental del producto fresco en la consecución de un sistema alimentario europeo sostenible, bajo en carbono y saludable. El encuentro fue una oportunidad clave para recordar a los responsables políticos europeos la necesidad de reequilibrar un presupuesto de la PAC cada vez más reducido y de facilitar el acceso del sector hortofrutícola a nuevos instrumentos financieros adaptados, canalizados a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Las frutas y hortalizas frescas son la piedra angular de un sistema alimentario sostenible. Además de tener las menores emisiones y huella ambiental dentro de la agricultura, el sector cuenta con una capacidad única de secuestro de carbono, contribuyendo directamente a los objetivos de neutralidad climática de la UE. Asimismo, las frutas y hortalizas aportan beneficios innegables para la salud, siendo la base de una dieta equilibrada que puede ayudar a frenar el aumento de la obesidad y las enfermedades no transmisibles (ENT) en Europa. Estos activos esenciales para la salud y el medio ambiente sitúan al sector como el aliado perfecto para responder a los grandes retos sociales.

El sector hortofrutícola es una fuerza motriz clave en la producción climáticamente inteligente, y sin embargo solo recibe el 3% de los fondos de la PAC. Se requiere un cambio presupuestario radical. Hoy en día, el 80% del presupuesto de la PAC se destina a productos de origen animal, responsables de más del 50% de las emisiones agrícolas de carbono. Estas ineficiencias ya fueron señaladas por el Tribunal de Cuentas Europeo en 2021, pero desde entonces apenas se ha avanzado para corregir esta situación.

Europa debe cambiar su dieta

Adoptar una dieta más vegetal forma parte de la solución para mitigar las altas emisiones de carbono derivadas de una alimentación basada principalmente en productos animales y ultraprocesados. En la actualidad, el consumo diario de frutas y hortalizas frescas en Europa se sitúa en 350 g por persona, muy por debajo de todas las recomendaciones: OMS (400 g), Comisión EAT-Lancet (500 g), guías nacionales de los Estados miembros (500–750 g) o Consejo Nórdico (800 g).
¡Al menos la mitad del plato debería estar llena de frutas y verduras!

El delegado general de Freshfel Europe, Philippe Binard, declaró: “¿Llegará el día en que el 50% del presupuesto de la PAC apoye a las cadenas de suministro que proporcionan a los consumidores frutas y hortalizas frescas, saludables y de calidad? No se trata de una provocación, sino de una reflexión necesaria basada en una realidad y una verdad incómoda para muchos. El sector hortofrutícola está en el centro de la solución y debe posicionarse mejor como socio clave para la transición hacia la neutralidad climática.”

Hoy en día, existe una gran discrepancia entre los niveles de producción y las necesidades de consumo según las directrices dietéticas. Las políticas y presupuestos europeos deberían ser instrumentos para reconciliar este desequilibrio, que ha permitido que los alimentos ultraprocesados dominen la dieta de los europeos, con graves consecuencias colaterales sobre el clima y la salud pública, debido al aumento incontrolado de la obesidad y la proliferación de las ENT.

Adaptar los instrumentos financieros a la realidad del sector

La conferencia del FEADER fue una oportunidad para recordar que el presupuesto de la PAC y otros instrumentos financieros deben ajustarse a las necesidades y particularidades del sector de frutas y hortalizas frescas.

Binard destacó: “El sector afronta retos empresariales específicos, desde el relevo generacional hasta los crecientes fenómenos climáticos extremos, nuevas plagas y enfermedades, tensiones geopolíticas, investigación e innovación, y la adaptación de los métodos de producción para alcanzar una cadena de suministro más sostenible.”

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Añadió además: “El presupuesto y los instrumentos financieros deben adaptarse y reflejar la especificidad de un modelo de negocio complejo como el de los productos frescos. A diferencia de otros sectores agroalimentarios concentrados —como los cereales, la carne o los lácteos—, el hortofrutícola funciona con una estructura vibrante compuesta por muchos pequeños productores, una gran diversidad de productos y necesidades específicas marcadas por la estacionalidad, los distintos ciclos de cultivo, producciones bajo cubierta o al aire libre, márgenes ajustados que limitan la inversión y la necesidad de una estrecha colaboración en la cadena de suministro.”

Invertir en frutas y hortalizas es invertir en la salud, el planeta y el futuro de Europa

También se recordó que los instrumentos financieros deben definirse con objetivos claros, ser flexibles para responder con rapidez, ofrecer confianza en su uso y garantizar un acceso equitativo para evitar distorsiones de competencia entre Estados miembros. Asimismo, deben cubrir lagunas existentes, especialmente en materia de seguros frente a desastres climáticos, cuya frecuencia sigue aumentando y que actualmente dejan al sector hortofrutícola sin protección adecuada.

Freshfel Europe instó a la Comisión Europea y al BEI a priorizar las frutas y hortalizas dentro de los instrumentos financieros de la UE, reconociendo su valor estratégico para lograr la neutralidad climática y los objetivos de salud pública.
La organización continuará defendiendo un mayor apoyo al sector de los productos frescos, dada su importancia esencial para la sociedad, el planeta y la economía.

Una estrategia a largo plazo y la coherencia de las herramientas financieras, con un trato positivo y preferente para el sector hortofrutícola, son la mejor vía para impulsar la transición hacia una cadena de suministro verdaderamente sostenible. “Ya no es una opción, es una obligación para los responsables políticos. Invertir en frutas y hortalizas es invertir en la salud, el planeta y la competitividad futura de Europa.”

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