Las autoridades rusas han manifestado que la reciente renovación de las sanciones de la Unión Europea contra Moscú, en respuesta a la invasión de Ucrania, es una medida que perjudica tanto a Europa como a Rusia.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha criticado esta decisión, que se aprobó tras superar las reservas de Hungría relacionadas con el suministro de gas ruso a través de Ucrania.
En una rueda de prensa, Peskov calificó las sanciones de «políticas» e «ilegales», argumentando que contravienen el Derecho Internacional. Añadió que no hay novedades en la política de sanciones de la UE y que, por lo tanto, «nada cambia» al respecto.
La cuestión del suministro de gas ruso a través de Ucrania se resolvió entre los 27 miembros de la UE mediante una declaración que garantiza la seguridad energética de Budapest. Así, las sanciones a Rusia se prorrogaron por seis meses más, hasta el 31 de julio de 2025, con el objetivo de contrarrestar las «acciones que buscan desestabilizar la situación en Ucrania».
Hungría había solicitado un cambio en la política de sanciones de la UE, argumentando que las medidas perjudicaban su seguridad energética, especialmente cuando el bloque se acercaba a la fecha de expiración de las sanciones el 31 de enero. Además de las sanciones económicas, también estaban en juego los bienes rusos congelados en Europa.