En sus inicios, utilizaba equipos de lavado construidos por él mismo, aunque cuando la producción aumentó, descubrió una solución más eficiente: las lavadoras de Sormac.
A raíz de este descubrimiento, adquirió una de ellas en 2003. En los años posteriores, Soller invirtió en una cepilladora y en un equipo de pelado y corte de zanahorias, con el que en la actualidad procesa hasta 18 toneladas de esta hortaliza cada día.
A pesar de que la empresa de Soller es, en sus propias palabras, “un cliente de Sormac relativamente pequeño”, tiene la sensación de que se le trata con la misma dedicación que a uno grande. Un ejemplo de ello es que tanto el director de ventas regional Fabiaan Hendricks, como el director general y propietario Bert Haffmans se pasan por la empresa a tomar un café cuando están por la zona, o quedan, de repente, para comer.
Además, se ha creado una verdadera relación de amistad con Karsten Schmitz de Foodcons, el representante alemán de Sormac en la zona desde hace 20 años.
Servicio postventa
Soller también señala la rapidez del servicio técnico y la disponibilidad de las piezas de repuesto. “En una ocasión, utilizaron la pieza de una máquina Sormac nueva para que tuviéramos que parar la producción lo mínimo posible. En otra ocasión, a propuesta mía, realizaron una optimización en nuevo modelo que después estuvo expuesto en la feria Fruit Logistica de Berlín. Este nivel de servicio e implicación demuestra que Sormac entiende lo que es realmente importante para nosotros y que escucha de verdad”.