La filial de Auchan quiere dar un nuevo impulso al proceso de transformación de la compañía y ha elegido a Carlos Pedreira Freire, hasta la fecha director de Finanzas, Patrimonio y Proximidad Digital, para relevar a Américo Ribeiro.
Después de seis años al frente de la compañía, Ribeiro da un paso al costado para asumir «posiciones de consejero en diferentes países en los que opera Auchan, además de la presidencia de Zenalco, la central internacional de compras de frutas y verduras de Auchan Retail», ha explicado la enseña en comunicado.
El directivo portugués deja como su principal legado los primeros pasos de una reestructuración tan dolorosa como necesaria para Alcampo. Ribeiro acometió la transformación de los hipermercados (bien a través de la reducción de perímetro o la incorporación de espacios ‘bistró’ o de preparación de pedidos online), el cierre de tiendas y la reorganización territorial a partir de ‘espacios de vida’, que recientemente se ha incorporado también en Francia.
Asimismo, apostó por el canal online a través de un acuerdo de colaboración con Ocado e invirtió en la renovación de la red logística, con aperturas como las de Illescas y San Fernando de Henares. En su haber quedan la adquisición de MaxiDia, que se reveló como un error estratégico y se ha saldado con el cierre de tiendas; y la caída en ventas y cuota de mercado, que no ha sido capaz de revertir a pesar de la expansión inorgánica. Entre 2020 y 2025, Alcampo ha perdido cuatro décimas de cuota hasta el 3%, y ha cedido la sexta posición de la distribución española ante Consum.
«Américo Ribeiro ha sido muy continuista con el trabajo anterior, no ha sabido dar a la empresa la impronta que necesitaba», señala un prestigioso profesional del sector cercano a la cadena, en sintonía con la opinión de otros grandes expertos consultados por FRS. «Sin el carisma de Patrick Coignard, su antecesor en el puesto, su estilo de dirección estaba muy alejado de los equipos. Además, tenía problemas de comunicación», comentan.
Pedreira asume desde hoy mismo el reto de reflotar una estructura deprimida a causa del descenso del hipermercado, que pesa demasiado en el total de superficie comercial de Alcampo y que le ha llevado a facturar un 1% menos que el año anterior. En el primer semestre del año la caída se ha acelerado hasta el 1,4%.
Carlos Pedreira, un perfil financiero
En este contexto, Pedreira tendrá la responsabilidad de «guiar a Alcampo en el proceso de transformación iniciado, impulsar la inversión en proyectos de futuro y consolidar un modelo multiformato y omnicanal que responda a las nuevas tendencias», ha informado la empresa.
Bajo su liderazgo, la compañía «trabajará en su adaptación a los hábitos emergentes, fomentando espacios físicos y digitales más cercanos, convenientes y alineados con las necesidades de los consumidores», se lee en el comunicado.
Pedreira ha desempeñado diversos puestos en la estructura de Auchan. Desde febrero de 2021 ocupa la dirección de Finanzas, Patrimonio y Proximidad Digital, una posición que agrupa responsabilidades de dirección de Desarrollo, Técnica, Franquicias, Fusiones y Adquisiciones, Proyectos Estratégicos, ecommerce y centros logísticos.
Con anterioridad lideró una zona de vida, con dos hipermercados y ocho supermercados a su cargo. Entre abril de 2017 y marzo de 2021 ocupó la posición de director jurídico y fiscal de Auchan Retail Internacional.
Antes de recalar en Auchan, Pedreira ha sido responsable jurídico y de Expansión en Kiabi, director jurídico del grupo en Francia y director financiero de ITFAS —central de compras de Grupo Kiabi—. Entre 2003 y 2005 ocupó una posición como jurista en Inditex, a caballo entre París y Milán.
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Un reto mayúsculo
La sucesión del veterano Ribeiro se venía fraguando desde hace varios años. El elegido, Carlos Pedreira, es un directivo de corte distinto, «más joven y próximo que Ribeiro, y con perfil más financiero que comercial», apuntan fuentes del sector consultada por este medio.
Su trayectoria dentro de la primera línea de la compañía le garantiza un conocimiento directo de sus problemas más urgentes. Pero el reto que afronta es considerable. Tendrá que hacer frente a varios problemas a la vez que, por separado, ya supondrían un quebradero de cabeza en cualquier cadena: la pérdida de peso del canal hipermercado, la fuga de franquiciados relevantes, el relevo generacional en los cuadros directivos y la transición hacia un modelo de negocio más integrado y vertical.
Queda mucho por hacer. Los supermercados exigen una visión comercial propia, adaptada a un consumidor distinto y a un formato que no puede gestionarse como un hipermercado a escala reducida. La diferencia entre ambos no es solo de tamaño, sino de mentalidad.