El anómalo episodio de calor que está atravesando la Comunitat Valenciana durante este final de año no resulta tan plácido para los agricultores y ganaderos.
Así, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) advierte de que las altas temperaturas –que superan en muchos grados las que suelen ser habituales en invierno– y las fuertes rachas de viento de poniente provocan daños en cítricos y caquis que se hallaban en un estado avanzado de maduración o incluso estaban pendientes de recolección.Las primeras consecuencias visibles son la caída de frutas al suelo y los desperfectos que se producen en la piel a causa del ‘rameado’, es decir, los golpes de ramas sacudidas por el viento. El cambio brusco entre las lluvias de las últimas semanas y el actual periodo de calor también está haciendo mella en variedades de cítricos que ya deberían tener su recolección prácticamente finalizada, como sucede con la naranja navelina o algunas clementinas, pero que aún siguen en el árbol debido a la apatía del mercado y el retraso de los operadores comerciales. Entre los problemas derivados del clima que preocupan cabe destacar la aparición del ‘pixat’ y la amenaza de ‘clareta’, lo que reduce el valor comercial.Asimismo, AVA-ASAJA teme que el excesivo calor continuado durante tantos días del invierno pueda acabar ocasionando desequilibrios en la maduración de las hortalizas de invierno y en la floración de las próximas cosechas de frutales de hueso, viña o almendro.La organización agraria recuerda que los actuales siniestros provocados por las citadas adversidades climáticas pueden estar cubiertos por el seguro y pide a Agroseguro que agilice las peritaciones y el pago de las indemnizaciones. Lamentablemente, a causa de la grave descapitalización del sector, no todas las parcelas afectadas están aseguradas ya que los agricultores, o bien no han podido asumir los costes del seguro agrario, o bien no han contratado las coberturas hasta estas fechas tan avanzadas en cultivos como el caqui. Por ello, AVA-ASAJA solicita al Gobierno que ponga en marcha ayudas directas y medidas fiscales –como la reducción de módulos en la próxima campaña de la renta– para todos los productores castigados por la anomalía climática.Descenso del 20% en la cosecha respecto a una campaña normal
La producción de caqui de esta campaña disminuirá entre un 15 y un 20% respecto de una normal debido a los graves problemas de plagas incontroladas como los Cotonets y a la falta de rentabilidad de las últimas campañas que harán mermar la cosecha, según la información de LA UNIÓ de Llauradors.
Esta reducción prevista de la producción, junto a la fruta que se quedará sin recolectar, debería repercutir en buenos precios para los productores. LA UNIÓ se mantendrá vigilante y denunciará ante la AICA todas aquellas actuaciones fraudulentas que pongan en peligro la normal evolución de una campaña que para la fruta de calidad debería de llegar a los precios de hace unos años que hicieron del caqui un cultivo de futuro.Las condiciones climatológicas que hasta ahora eran el factor determinante para estimar la producción de la campaña, ahora ya no constituyen el factor esencial para determinar la producción actual. Esta temporada los elementos que más afectan a la producción son, por una parte, el creciente abandono de plantaciones en plena producción. El envejecimiento de las plantaciones y las técnicas de poda que persiguen una fruta de mayor calidad y tamaño no compensan, ni de lejos, la entrada en producción de las nuevas plantaciones. La cada vez menor rentabilidad y pérdidas económicas que sufren muchos productores se encuentra detrás de este abandono que provoca no solo un recorte de los ingresos, sino graves problemas fitosanitarios como consecuencia de la proliferación de plagas que afectan a toda la producción. Las cada vez mayores exigencias de calidad de las grandes cadenas de distribución no ayudan tampoco.Por otra parte, otro aspecto que marcará la campaña es la presencia de los Cotonets “Pseudococcus longispinus” y “Pseudoccocus viburni”, que provocan el incremento de los tratamientos hasta duplicarlos y en consecuencia el aumento de los costes de producción por dos o por tres sobre lo que sería un gasto normal. “Si tenemos en cuenta que los ingresos ya son muy ajustados o incluso con pérdidas, todo hace indicar que el mal nombrado boom del caqui ya ha tocado fondo”, señala LA UNIÓ.Las hormigas están detrás de la aparición de Cotonet, ya que son el principal transmisor de la plaga y no existen productos eficaces capaces de controlarlas, lo que hace que se expanda de forma incontrolada sin que ninguna acción sea capaz ni de controlar la hormiga, ni el cotonet, ni ninguna de las enfermedades asociadas.Las herramientas que disponen los productores valencianos para controlar estas nuevas plagas -hace un par de años ni existían- son cada vez más limitadas. Los gobernantes, ajenos a la realidad del campo, toman decisiones incomprensibles para la mayoría de agricultores, puesto que no tienen en cuenta ni la competencia de otros países productores que sí pueden emplear Materias Activas que nosotros tenemos prohibidas, ni la realidad económica de los productores que o bien abandonan el cultivo o reducen su rentabilidad hasta la mera supervivencia. La drástica reducción del nivel de aseguramiento del caqui, principal herramienta de política agraria para compensar rentas, lo pone de manifiesto.Desde LA UNIÓ se reclama hace tiempo la autorización excepcional de materias activas efectivas contra este tipo de Cotonets que ya se vienen utilizando en otros cultivos, como por ejemplo en cítricos o algunas hortalizas, y que tienen una eficacia considerablemente mayor que las que se usan ahora y que además ofrecería un abanico de posibilidades para no crear resistencias como hasta el momento.La otra gran demanda de LA UNIÓ es la apuesta por la lucha biológica mediante el uso de feromonas, depredadores o parasitoides, la creación de insectarios, de forma que se controle la población de los Cotonets y otras plagas actuales a unos límites soportables que no supongan un incremento desorbitado de costes para los productores.Eduard Esparza, responsable del caqui de LA UNIÓ, demanda a las Administraciones un mayor apoyo al caqui. “Reclamamos un aumento de los recursos para lograr soluciones rentables ante los graves problemas fitosanitarios que tiene el cultivo y mientras no lleguen las mismas conceder ayudas para mantener en pie las explotaciones y evitar el desastre económico y medioambiental que representan los campos abandonados en muchas de nuestras zonas productoras”.¿Acabará el cotonet con este cultivo?
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) coincide con el alarmante diagnostico emitido por la Asociación Española del Kaki sobre la previsión de un descenso de producción de caqui en la próxima campaña de al menos entre un 20 y un 25% de la cosecha en España.
Sin embargo, como ya advirtió AVA-ASAJA este descenso de la cosecha es más acusado en la Comunitat, que sufre ya mermas del 50 % en muchos campos. Esta disminución tan acusada, que ha puesto en jaque y amenaza al cultivo del caqui, se debe a la expansión de plagas como el cotonet, la mosca blanca y las hormigas, que sirven de aliado para la expansión del cotonet en este fruto, concretamente de las especies de cotonet Pseudococus viburni y Pseudococcus longispinus.El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, afirma que “el daño que hasta el momento no han hecho las tormentas en este fruto lo harán estas plagas. El nivel de afección en el cultivo del caqui es inasumible para sus productores, que experimentan una gran dificultad para controlar la expansión del cotonet en sus campos, así como la mosca blanca y las hormigas que son el aliado del cotonet para trasladarse rápidamente entre las diferentes partes de los árboles. Además, las hormigas también atacan a los insectos depredadores del cotonet, a fin de poder garantizarse el suministro de jugo azucarado que es la sustancia que segrega el cotonet y constituye el alimento de las hormigas”.Las características fisiológicas de la fruta permiten que el cotonet sea capaz de esquivar los tratamientos, puesto que encuentra lugares seguros bajo el pedúnculo –punto de unión entre la fruta y el árbol- que le posibilitan prosperar a pesar del uso de fitosanitarios. “Las hojas que unen el caqui con el árbol son un cobijo excepcional que sirve de refugio al cotonet ante los tratamientos y complica en gran medida su eliminación”, lamenta Aguado.AVA-ASAJA advierte de que la crisis de rentabilidad que viven los productores de caqui no les permite luchar contra estas plagas que asolan al cultivo y esto provocará un incremento preocupante del abandono de explotaciones en la Comunitat Valenciana. En este sentido, la organización agraria reclama a la Administración que aumente los recursos y destine ayudas a los productores de caqui que compensen las pérdidas económicas que sufren.Se exigen más fondos para que el IVIA acelere respuestas contra las plagas y enfermedades
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) exige a la Generalitat Valenciana que destine más fondos al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) para que pueda acelerar la búsqueda de respuestas eficaces contra las plagas y enfermedades que están situando el cultivo del caqui en el momento más difícil de su historia.
Es una de las principales reivindicaciones puestas de manifiesto por la organización agraria durante una jornada técnica que reunió ayer en Alginet a más de un centenar de productores para conocer los últimos trabajos realizados por un completo equipo de investigadores del propio IVIA, encabezado por su director Rodolfo Canet, del Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura y del Centro de Experiencias de Cajamar.El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, subrayó que “el caqui presenta una problemática cada vez más elevada tanto desde el punto de vista agronómico como de la rentabilidad. La incidencia récord de cotonets y moscas blancas debido a las restricciones fitosanitarias, así como el surgimiento de resistencias de la mancha foliar a los fungicidas autorizados, han disparado las mermas de cosecha al 50% en muchos campos. Si no nos dan soluciones, tendremos un problemón y el desperdicio de fruta, tan en boca de los políticos, será tremendo. Además, el sector debe organizarse mejor a través de la creación de una Interprofesional. El caqui tendrá un futuro si logramos una gestión inteligente de la comercialización, si multiplicamos por diez la promoción (no puede ser que todavía dos terceras partes de los consumidores europeos desconozcan el caqui), si recuperamos Rusia que tenemos vetada por un conflicto ajeno al campo y si abrimos otros mercados donde el Gobierno aún no ha hecho los deberes”.El director del IVIA, Rodolfo Canet, recogió el guante de Aguado al concluir que “el caqui es muy importante para este centro de investigación, no vamos a parar en la búsqueda de soluciones que son complejas, no siempre tan rápidas como nos gustaría y encima limitadas por la legislación fitosanitaria. Estamos trabajando en el control químico y biológico de plagas y enfermedades, pero también en nuevas variedades de caquis, métodos de postcosecha o en estudios completos de costes”.Los investigadores del IVIA Francisco Beitia y Alejandro Tena, junto a José Vicente Bolinches del Servicio de Sanidad Vegetal, avanzaron las novedades en ensayos frente a las plagas del caqui. Las estrategias de control químico contra los cotonets con las sustancias permitidas han demostrado, en el mejor de los casos, solo un 75% de eficacia y dependen del momento de la recolección, por lo que no hay una receta única recomendada para todas las explotaciones. La lucha biológica, por su parte, se encuentra en sus primeras fases de investigación y requiere de varios años para extraer resultados. La especie más abundante de cotonets, con una presencia del 90%, es Pseudococcus longispinus y sus ataques tienen una relación directa con las poblaciones de hormigas, las cuales se alimentan de la melaza que este cotonet ocasiona en el árbol y lo protegen al menos en el 30% de las colonias detectadas. Por ello, el IVIA también ha iniciado ensayos para evitar la subida de las hormigas a las copas de los árboles desde febrero, es decir, los inicios de la temporada.Respecto a las enfermedades del caqui, especialmente la mancha foliar, el investigador del IVIA Antoni Vicent confirmó la expansión de resistencias al grupo de fungicidas estrobirulinas –Azoxistrobin y Piraclostrobin– y reveló que hay ensayos en curso con nuevos productos cuyo uso ya está autorizado en frutales como el manzano. Vicent aclaró que en la presente campaña se puede controlar la mancha foliar mediante el resto de materias activas pero que en la siguiente, como la Unión Europea suprimirá el Mancozeb, el objetivo es autorizar nuevos formulados eficaces, tal como había solicitado AVA-ASAJA.El director del Centro de Experiencias de Cajamar, Carlos Baixauli, defendió un plan de fertilización a la carta, adaptado a las necesidades de cada parcela, con la finalidad de optimizar los rendimientos, mejorar la calidad y evitar contaminación. Por su parte, el investigador del IVIA Luis Bonet aconsejó ajustar los tiempos de riego al tipo de suelo, acometer los riegos a primera hora de la mañana y aplicar un riego deficitario controlado para frenar la caída fisiológica de frutos y ahorrar agua.Los precios suben un 5%, pero los ingresos brutos caen un 16%
Los servicios técnicos de LA UNIÓ de Llauradors han elaborado un estudio con el balance de la campaña del caqui donde se pone de manifiesto un descenso de los ingresos brutos percibidos por los productores del 16%, a pesar del incremento del 5% en los precios.
Las causas obedecen a una reducción de la producción del 20% respecto a la campaña anterior -unas 340 millones de toneladas al final es la cosecha- y a la fuerte incidencia de plagas como cotonets, negrilla o mosca blanca, y a la del hongo Mycosphaerella, por la proliferación de campos abandonados. Los costes de producción, como consecuencia del incremento y periodicidad de los tratamientos fitosanitarios, han aumentado de forma considerable y en el estudio de LA UNIÓ se calcula que lo hacen entre el 25 y 30% sobre la pasada.Tras las subidas de los costes en esta campaña y en la anterior, ya representan de media 2,2 € por cada 100 kg de fruta producida, pero pueden llegar hasta los 3,10 €/100 kg si se repercute sobre la fruta comercial. En estos momentos pueden representar ya más del 10% de los gastos totales de cultivo, cuando por ejemplo hace tan solo cuatro años apenas representaban el 3%. LA UNIÓ insiste en que por debajo de 0,35 €/kg la viabilidad del cultivo está en serio peligro.También se ha detectado en esta campaña un considerable aumento de fruta no apta comercialmente sobre todo fuera del ámbito de las cooperativas, lo que ha provocado que la que finalmente ha salido a los mercados se reduzca hasta en un 40% en relación a la realmente producida.Cabe señalar que los desastrosos resultados económicos de la campaña 2019 provocaron que muchos productores abandonaran o directamente arrancaran los árboles de sus explotaciones. Así, mientras el ritmo de crecimiento de suelo cultivado de caqui en la Comunitat Valenciana durante los últimos dieciocho años ha sido del 14% anual, a partir del pasado año se rompe este crecimiento, por primera vez, reduciéndose el suelo cultivado en un 3%, tras pasar de 16.101 a 15.640 has.Los datos indican que el precio del caqui durante esta campaña se ha situado en origen en 0,24 €/kg, es decir un incremento medio del 5% sobre la campaña anterior. Esta subida de las cotizaciones no ha compensado el descenso de la producción, de tal manera que los ingresos brutos totales recibidos por los productores en la campaña se sitúan cerca de los 80 millones de euros, que supone un descenso del 16% respecto a la campaña 2019 donde se elevaron a más de 95 millones de €.LA UNIÓ lanza una serie de propuestas para relanzar el cultivo y una de las más importantes hace referencia a la lucha contra las plagas. Por ello insta a la Conselleria de Agricultura a que financie el control contra los diferentes Cotonets que afectan al cultivo del caqui, mediante la suelta de depredadores y parasitoides en los momentos de máxima eficacia.Así mismo reclama la organización una normativa oficial, de obligado cumplimiento, sobre las normas de calidad comercial del caqui, de tal manera que no sea cada operador comercial quien decida arbitrariamente y, según sus intereses propios, sus normas de calidad comercial, provocando destríos abusivos de fruta como se ha comprobado a lo largo de esta campaña.Los seguros agrarios no tienen en cuenta la realidad del cultivo
Las principales organizaciones profesionales agrarias de la Comunitat Valenciana –la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), La UNIÓ de Llauradors i Ramaders y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos del País Valencià (UPA-PV)– lanzan de manera conjunta un mensaje muy crítico a la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, y a la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) por no ajustar el seguro del caqui ni a la realidad vegetativa del cultivo ni a las necesidades reales de los agricultores.
El sector productor valenciano reprocha especialmente la negativa que acaba de contestar ENESA y Agroseguro a su reivindicación de prolongar del 20 de febrero que dicta la disposición vigente hasta el 31 de marzo el periodo de contratación del seguro del caqui. Según recuerdan las tres asociaciones, la actual fecha resulta excesivamente prematura porque muchos productores aún no han cobrado las liquidaciones de la última cosecha debido al retraso del pago por parte de determinados operadores y porque en estos momentos todavía hay numerosas explotaciones donde no se han finalizado ni siquiera las labores de poda, lo que evidentemente dificulta la previsión de un aforo de producción a asegurar.En una breve misiva el director de ENESA, Miguel Pérez, rechaza un cambio en la fecha de contratación alegando que se produciría un solapamiento del riesgo con el periodo de suscripción. Sin embargo, las organizaciones agrarias constatan que en otros seguros sí se da esta circunstancia sin mayor problema y destacan el ejemplo de la cobertura de los cítricos ante el riego de pedrisco y cuyo plazo de contratación no acaba hasta el 15 de septiembre, es decir, en un momento mucho más flexible en el que el productor ya puede efectuar una estimación aproximada de su producción.El sector augura que si ENESA y Agroseguro mantiene sus trabas y su falta de sensibilidad hacia los productores, este factor unido a otros, como la grave crisis de rentabilidad que atraviesa el cultivo del caqui y las restricciones de movilidad derivadas del Covid-19, podrían ocasionar un descenso en los niveles de contratación del seguro del caqui donde, sin duda, el principal damnificado de ello sería el agricultor.Subvención adicional del 20%AVA-ASAJA, LA UNIÓ y UPA-PV agradecen y elogian la medida que la conselleria de Agricultura ha tomado por la cual todas las pólizas que los asociados suscriban a través de sus organizaciones profesionales agrarias se beneficiarán de una subvención adicional del 20%. Las tres asociaciones valoran esta iniciativa del departamento agrario de la Generalitat que pretende fortalecer la vertebración del sector e incentivar la relación de los agricultores y ganaderos con las organizaciones agrarias que son, en definitiva, sus legítimos representantes.El temporal causa pérdidas de más de 35 millones en cultivos de caquis y cítricos
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) estima, en una primera valoración de urgencia, que los daños provocados por el pedrisco en la provincia de Valencia el pasado viernes han arrasado cosechas enteras de caqui que todavía no se habían recolectado y han generado pérdidas de alrededor de 13,5 millones en este cultivo, especialmente en la comarca de la Ribera y l’Horta, donde algunos campos de caqui tienen un 100% de afección. Estos daños además se suman a los efectos del pasado temporal de gota fría que azotó a este cultivo.Asimismo, las intensas precipitaciones y la piedra han causado daños que podrían ascender a los 22 millones en las explotaciones citrícolas de las comarcas de la Comunitat Valenciana, especialmente en la Marina, la Safor, Camp de Turia, la Ribera, Camp de Morvedre, l’Horta de València y la Plana Baixa de Castelló. Entre los principales daños, que se podrán observar a lo largo de los próximos días, además de los estragos provocados por el pedrisco, destacan posibles fisiopatías y aparición de hongos motivados por la gran cantidad de precipitaciones que se suman a las del temporal anterior.Por otra parte, y en menor medida, algunas hortalizas como es el caso de la cebolla, las coles, lechuga, habas o alcachofas también se han visto afectadas por el impacto de la piedra.AVA-ASAJA reitera que todavía es pronto para evaluar con más precisión el alcance de los daños, pues habrá que esperar unos días para saber el perjuicio ocasionado por la piedra y las copiosas lluvias sobre los cítricos. En este sentido, la organización agraria solicita a Agroseguro que agilice las peritaciones en los campos siniestrados y reclama a la Administración ayudas fiscales para aliviar las pérdidas sufridas.El pedrisco y el viento dejan ya unas pérdidas iniciales de cerca de 8 millones de euros
LA UNIÓ de Llauradors informa en una valoración de urgencia que las tormentas de ayer y de la madrugada de hoy dejan unas pérdidas directas sólo por la incidencia del pedrisco y el viento de cerca de 8 millones de euros en las comarcas de la Ribera Baixa y Ribera Alta, y sin tener en cuenta los daños por encharcado de agua en los campos. Se trata por tanto de una estimación inicial pues en estos momentos sigue lloviendo con fuerza en algunas zonas y podría también caer más pedrisco.
La zona más afectada por el pedrisco comprende aproximadamente unas 1.100 hectáreas de cultivo de cítricos, caquis y hortalizas y las localidades más damnificadas son Almussafes, Alginet, Benifaió, Sollana y Sueca. La superficie de caqui es la más perjudicada con unas 579 hectáreas, seguida de la de cítricos con 417 hectáreas y finalmente las hortalizas con 147 ha. El grado de afección es muy variable dependiendo de la zona y de la edad de la plantación.A estos daños habrá que añadir con total seguridad los causados por el embalsado del agua en los campos, que se verán pasados unos días con la evolución de los cultivos, y que aparte de a estas comarcas de la Ribera Alta y Baixa afecta también por este último aspecto a las comarcas de la Safor y la Marina Alta, que es donde se han dado mayores precipitaciones. También habrá que tener en cuenta posibles daños en infraestructuras agrarias como caminos, márgenes, invernaderos o sistemas de riego, así como en almacenes agrícolas, entre otros.En el lado positivo destaca por ejemplo que la intensa lluvia ha limpiado la negrilla que origina en el fruto el hongo de la mosca blanca.LA UNIÓ reclamará medidas urgentes para las personas afectadas como la concesión de ayudas, la reducción del módulo del IRPF, la condonación del IBI de las parcelas cultivadas y construcciones presentes en ellas, bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante un año, establecimiento de préstamos con interés subvencionado y también una serie de actuaciones y ayudas para las cooperativas comercializadoras afectadas. Por lo que refiere al seguro, LA UNIÓ pedirá una agilización de las peritaciones por parte de Agroseguro.Positivas las lluvias para el resto de zonasPor otro lado, en aquellas zonas de la Comunitat Valenciana donde no ha caído pedrisco ni ha habido abundantes precipitaciones, las lluvias han sido muy bien recibidas y son positivas, salvo el retraso que se origina en aquellos cultivos que estén en periodo de recolección.En este sentido, sirven para ahorrar riegos, recargar los acuíferos, limpiar los árboles para prevenir posibles plagas y regenerar los pastos para alimentación del ganado, entre otras cosas.El pedrisco causa pérdidas de 4 millones de euros en 2.000 ha de caquis y cítricos
La tormenta de pedrisco que descargó el pasado viernes sobre la comarca de La Ribera Alta provocó pérdidas superiores a los cuatro millones de euros en una superficie de 2.000 hectáreas de cultivos, principalmente caquis y cítricos, según las primeras estimaciones efectuadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
La piedra causó devastadores daños, con una afección media del 50% y en los peores casos hasta el 100% de la cosecha, en plena campaña de recolección de caquis y variedades tempranas de mandarinas y naranjas. Tanto es así que, según testimonios asociados de AVA-ASAJA, la intensa tormenta destrozó campos enteros que iban a ser recogidos a partir de hoy, es decir, algunos agricultores no han llegado a recolectar nada por solo tres días.La franja afectada fue estrecha, de apenas un kilómetro de ancho, pero larga ya que incluyó numerosos términos municipales de La Ribera Alta tales como Benimodo, L’Alcúdia, Massalavés, Guadassuar, Alzira, Benimuslem, Alberic y Carcaixent, entre otros.AVA-ASAJA subraya que muchos agricultores han perdido buena parte o incluso la totalidad de la producción en una temporada donde, tanto en el caqui como en los cítricos, los precios en origen son razonables debido al equilibrio entre la oferta existente y la demanda empujada por el Covid-19.En el caso del caqui, la piedra se convierte en la gota que colma el vaso porque viene a agravar la drástica disminución de cosecha tras los efectos de la anomalía climática en primavera y la incidencia sin precedentes de las plagas y enfermedades (cotonets, moscas blancas y necrosis foliar) que se sitúa en el 50% del aforo potencial del cultivo. A las parcelas que alcanzan un 100% de afección, cabe sumar muchas otras con niveles de daños del 70 u 80% donde tampoco entrarán los collidors porque los costes de mano de obra no permiten compensar los ingresos previstos.La organización agraria solicita a Agroseguro que agilicen las peritaciones para abonar las indemnizaciones oportunas, mientras que a las administraciones les reclama la puesta en marcha de medidas fiscales para paliar las pérdidas de los agricultores afectados, entre ellas una contundente rebaja de módulos de cara a la próxima declaración de la renta.“El volumen productivo aún podría ser más bajo”
El aforo de caqui de la actual temporada podría no alcanzar las 300.000 toneladas previstas antes de comenzar la campaña.
De las diversas plagas que azotan al cultivo del kaki, una de ellas, el cotonet, solo se aprecia en el momento de la recolección, y podría ser la causa de que la producción española no alcance los 300 millones de kilos. “Es una enfermedad que necesita un tratamiento químico muy caro y cuyo resultado no soluciona el problema”, explica Pascual Prats, gerente de la Asociación Nacional del Kaki.El que hace una década se presentaba como uno de los cultivos de mayor éxito llega a 2020 con dos importantes retos en el horizonte: la consecución de un precio digno para los productores y el control de plagas.En este sentido, la campaña de 2019 fue otra prueba más de la baja rentabilidad para los agricultores, a los que se les llegó a pagar desde 8 céntimos el kilo a 21. “Con un precio de 21 céntimos empezaríamos a cubrir costes, pero el resto significa perder mucho dinero.”Por si fuera poco, las plagas propias y ajenas se adueñan de los campos. Los agricultores apostaron por el kaki porque era un producto relativamente fácil que no necesitaba tratamientos. “Hoy en día ya necesita entre 7 y 10 tratamientos al año para combatir la mycospharaerella nawae, la mosca blanca, el cotonet, etc.”La rentabilidad ha quedado mermada y desde hace varias campañas no se incrementan las plantaciones. “Es más, se produce un traspaso de kaki a otros cultivos o se abandonan directamente. Hace años se calculaba que con las 18.000 hectáreas que teníamos, se podían haber alcanzado los 600 millones de kilos, pero nunca ha sido así y dudo que lo vaya a ser porque cada temporada aparece un hándicap en el camino,” explica PratsMención especial merece el caso de Huelva, donde después del boom que supuso este cultivo, los agricultores lo han sustituido por plantaciones de cítricos y la provincia ya no sobrepasa los 30 millones de kilos de producción. El 90% de ésta se concentra sólo en Valencia. Existen plantaciones residuales en Extremadura y en Cuenca, que significan tan solo un 2% del total. Por su parte, la Asociación Nacional del Kaki, con sede en Valencia, representa una cifra de unos 140 millones de kilos. La entidad acoge tanto a productores como a comercializadores privados.Se prevé una campaña con mejores precios para los productores y un descenso del cosecha importante
La campaña del caqui se inicia ya en las zonas productoras de la Comunitat Valenciana y LA UNIÓ de Llauradors espera que la misma se desarrolle de forma normal con un aumento del consumo y unos precios en torno a los 0,37 €/kg.
Las primeras estimaciones reflejan una cosecha de alrededor de 315.000 toneladas, lo que supondrá una reducción en relación a la pasada del 27%, circunstancia que debería servir para que el mercado absorbiera la producción esperada sin problemas.La fruta es de excelente calidad y los consumidores deben conocer que nuestros caquis, a diferencia de las de otros importados de terceros países, cumplen con la legislación más estricta en cuanto a uso de productos fitosanitarios y seguridad alimentaria.La fuerte demanda que se espera de cítricos españoles como consecuencia de la COVID19, siguiendo la tendencia del final de la pasada campaña, podría repercutir también de forma positiva en el aumento del consumo de caqui y en consecuencia también en un repunte de las cotizaciones en origen.LA UNIÓ recuerda a los diferentes operadores comerciales, ya sean privados o cooperativas, que no es una campaña para efectuar ofertas o saldos que estropeen las buenas perspectivas y que una mínima planificación de la temporada en los cuatro meses de consumo óptimo comportará precios razonables y beneficios por todos los integrantes del sector.Por este motivo, es muy importante que los productores denuncien cualquier práctica comercial supuestamente abusiva e ilegal como es el caso de no hacer obligatorio el contrato o que éste no recoja o el precio o la fecha de recolección. Desde LA UNIÓ se continuará denunciando cualquier vulneración de la Ley de la Cadena Alimentaria y se trasladará a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) toda aquella denuncia justificada, tal y como ha venido haciendo los últimos años.La única preocupación entre los productores, para esta campaña, es que una pequeña parte de la producción que se considera destrío o merma por no llegar al circuito comercial se deba al aumento de las plagas y a las dificultades de los agricultores para combatirlas ante la desaparición de productos fitosanitarios eficaces y la falta de alternativas adecuadas a los mismos. La mosca blanca, los tres Cotonets o últimamente el resurgimiento inesperado del hongo de la Mycosphaerella son algunas de estas amenazas. Precisamente sobre esto último, LA UNIÓ se ha puesto en contacto con responsables del IVIA quienes han informado que, con casi seguridad, se debe a la resistencia que ha creado el hongo a ciertos fungicidas del grupo QoI (estrobilurinas). En el Butlletí d’Avisos de Sanidad Vegetal de abril ya se alertaba del peligro de usar exclusivamente este grupo de fungicidas, por lo que se recomendaban una serie de estrategias para reducir la cantidad de inóculos. No obstante, también se reconoce que se debe a la combinación de dos circunstancias: una primavera anormalmente húmeda que ha generado una mayor cantidad de inóculos junto a la reducción del número de tratamientos por parte de algunos propietarios y al abandono de campos como consecuencia de los desastrosos precios de la última campaña. LA UNIÓ recomienda para que no vuelva a ocurrir esta situación seguir las instrucciones de los técnicos y no actuar siempre de manera repetitiva, ya que el control y manejo de plagas requiere una información permanente y actualizada.Desde LA UNIÓ se solicita a las Administraciones (Gobierno de España y Generalitat) que se den las herramientas efectivas contra estas plagas puesto que las actuales son insuficientes e ineficaces para controlar y reducir su incidencia. En este sentido, LA UNIÓ ha pedido ayudas directas para los productores que han tenido, utilizando métodos químicos recomendados, una merma de su producción como consecuencia de la incidencia de las plagas. Del mismo modo, la organización considera que debería preverse un plan alternativo en el supuesto de que los métodos biológicos (parásitos, depredadores, feromonas) no funcionen.La prohibición del Metil Clorpirifos causa pérdidas de 24 millones
La incidencia récord de plagas como cotonets y moscas blancas, pese al incremento de tratamientos, desperdicia 80.000 toneladas de fruta y degrada el medio ambiente.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que la supresión decretada este año de la materia activa Metil Clorpirifos en el cultivo del caqui y la no disponibilidad de alternativas suficientemente eficaces eleva a niveles récord la incidencia de las plagas, fundamentalmente cotonets y moscas blancas.Tanto es así que, según un estudio técnico elaborado por la asociación, los productores valencianos de caqui sufrirán en la presente campaña unas pérdidas superiores a 24 millones de euros solo debido a la merma de cosecha por plagas. El volumen total de frutas desperdiciadas en campo alcanzará las 80.000 toneladas, lo que supone un incremento del 30% respecto al ejercicio pasado. A esas previsiones cabe sumar la pérdida de empleo y el impacto económico derivados en los almacenes de confección, el transporte y los mercados de comercialización.El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, advierte de que “la situación de emergencia sanitaria que atraviesa el caqui está poniendo contra las cuerdas la viabilidad presente y futura de un cultivo que en lo que llevamos de siglo XXI se ha erigido en un pilar de la agricultura valenciana. Todo el sector hortofrutícola español había reclamado a las administraciones que no prohibieran el Metil Clorpirifos sin dotar antes a los agricultores de otros métodos de lucha igualmente eficaces. No hicieron caso y ahora, al igual que ha ocurrido con los cítricos y otras frutas, se ven las consecuencias en el caso del caqui: un aumento de tratamientos fitosanitarios que no han evitado frenar los ataques de plagas, un aumento del desperdicio alimentario, una pérdida de competitividad y una degradación medioambiental. Por no escuchar al sector y guiarse por postulados ideológicos, la clase política europea está consiguiendo el efecto contrario de lo que pregona”.Al respecto, Aguado pregunta: “¿Dónde están los políticos responsables que van a asumir la responsabilidad de sus decisiones y compensarán los perjuicios ocasionados a los agricultores? ¿Qué más tiene que suceder para que se den cuenta de que urge un cambio de rumbo en la política de sanidad vegetal? ¿Cuándo el Gobierno dejará de ser cómplice de la filosofía equivocada de la Unión Europea que desconoce la realidad climática y de plagas que hay en la agricultura mediterránea?”AVA-ASAJA ha enviado un escrito a la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, para solicitarle su máxima implicación a la hora de ponderar a pie de campo y con carácter oficial la magnitud de esta problemática; aprobar dentro de sus competencias y reclamar al Gobierno central tanto indemnizaciones como medidas fiscales, como el módulo cero para la declaración de la renta de 2020; así como trabajar en aras de facilitar al sector una serie suficiente de productos fitosanitarios y biológicos que sean verdaderamente efectivos para combatir las plagas que diezman las producciones”.Primeras denuncias por incumplimientos de contratos ante la nueva campaña
La AICA ya abrió expedientes sancionadores a alguna empresa importante en la pasada campaña, tras las denuncias de LA UNIÓ.
LA UNIÓ de Llauradors ha presentado ya ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, las primeras denuncias en una nueva campaña de comercialización del caqui a comercios que realizan la compra con contratos donde no figura el precio de la fruta.En la denuncia dirigida por esta organización agraria a la AICA, se solicita que “se inicien los controles e inspecciones requeridos sobre los comercios especificados en la denuncia para comprobar el cumplimiento de la existencia de contratos por escrito y, en este caso concreto, del cumplimiento de su contenido en la compraventa de caqui de acuerdo con lo establecido en el artículo 9 de la Ley 12/2013, de 2 de agosto, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria”.Según afirma LA UNIÓ, algunos operadores comerciales están comprando durante estos últimos días caquis a los agricultores sin establecer expresamente el precio de compraventa en el contrato y efectuando este tipo de transacciones bajo la fórmula conocida como “a comercializar”, es decir, sin un precio pactado tal y como obliga la Ley de la Cadena Alimentaria. Bajo esta práctica de “a comercializar” el comerciante le compra los caquis a la persona agricultora sin ofrecerle un precio concreto, de modo que cuando el primero realiza la venta y termine su campaña ya le dirá a cuanto se le paga en función del mercado y descontados los gastos de toda la cadena.Cabe señalar que gracias a las acciones emprendidas por parte de LA UNIÓ, la Agencia de Información y Control Alimentarios dio la razón a las denuncias de la organización y ya abrió en la pasada campaña expedientes sancionadores a alguna empresa importante del sector que había modificado mediante adenda las condiciones inicialmente pactadas en el contrato con los productores de caqui.En los escritos remitidos por la AICA a LA UNIÓ se señalaba textualmente que este organismo “abre dos expedientes sancionadores al existir indicios razonables de que pudiera haberse cometido infracción tipificada en el artículo 23.1.b (ausencia de elementos mínimos en los contratos) y en artículo 23.2.II (incumplimiento de los plazos de pago), respectivamente, en relación con la Ley 12/2013”.LA UNIÓ aconseja a los diferentes operadores comerciales, tanto del caqui como de otros cultivos, que utilicen y cumplan los contratos que firman con los productores y que se mantendrá totalmente vigilante para denunciar ante la AICA cualquier vulneración de los mismos para defender los intereses de todas las personas agricultoras de la Comunitat Valenciana.El descenso del 30% de la producción valenciana de caqui y la excelente calidad adelanta las compras
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) estima que la producción de caqui experimentará un descenso del 30% respecto a la campaña pasada en la Comunitat Valenciana, situándose por debajo de las 300.000 toneladas comercializadas en fresco.
A la vista de esta importante reducción de oferta, así como a la excelente calidad que presentan las frutas, los agricultores están detectando un interés por parte de los operadores comerciales para proveerse de un suministro suficiente al inicio de la temporada, cuya recogida arranca en apenas un mes, lo que ha provocado un adelanto inusual de las compras en el campo.
La principal causa de esta disminución de producción es la anomalía climática acontecida durante los meses primaverales. La acumulación récord de días lluviosos y nublados ocasionó una caída masiva de frutos en plena fase de floración y cuajado que, pese a las reivindicaciones de AVA-ASAJA, Agroseguro ha decidido no cubrir con las oportunas indemnizaciones económicas argumentando que dichos siniestros se produjeron con anterioridad a la fecha establecida por la cobertura.
La organización agraria subraya mermas especialmente graves, del 50 al 90% de la producción total, en determinadas parcelas de las comarcas de La Costera, Los Serranos, L’Horta Sud e incluso en la mitad sur de La Ribera Alta (la principal zona productora de caqui en la Comunitat Valenciana y en España).
Asimismo, el sector prevé una creciente incidencia de plagas (cotonets, moscas blancas y trips) que vienen afectando al cultivo ante la incapacidad de combatirlas eficazmente como consecuencia de las restricciones fitosanitarias impuestas por la legislación europea. Según AVA-ASAJA, solo el año pasado se desperdiciaron en el campo valenciano más de 60.000 toneladas de caquis debido a las afecciones por plagas y a las elevadas exigencias comerciales que dejaron sin recolectar frutas sencillamente por tener en su piel ciertas rayas que no deprecian la calidad o el sabor.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, subraya que “los factores objetivos de mercado permiten concluir que los productores pueden defender un precio razonable en los tratos que empiezan a cerrarse de un modo fluido y equilibrado. Estamos en un momento bastante avanzado de la campaña donde cada uno ya sabe qué va a gastarse en sus explotaciones. Teniendo en cuenta la corta producción disponible, su extraordinaria calidad y la demanda al alza de esta fruta hasta hace poco tiempo desconocida para el consumidor, los agricultores están en condiciones de negociar una cotización que les permita cubrir sus costes de producción y compensar pérdidas sufridas en temporadas recientes”.
Aguado exhorta a las administraciones a “no permanecer quietas ante una campaña que augura buenas perspectivas comerciales –para aquellos agricultores que tienen cosecha que vender– y a ponerse las pilas de manera urgente e inaplazable para recuperar el mercado ruso, evitar los aranceles planteados por el Reino Unido, abrir nuevos mercados exteriores y, en definitiva, impulsar la demanda de una fruta que cuando el consumidor prueba, repite”.
La AICA vigilará el cumplimiento de la Ley de la cadena en los contratos
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) insta a los productores de caqui a no cerrar contratos de compraventa con operadores comerciales a un precio que se sitúe por debajo de los costes de producción.
Esta iniciativa cobra más fuerza si cabe tras advertir la directora de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), Gema Hernández, de que la entidad “ha introducido en su labor de control los cambios legislativos del Real Decreto-Ley 5/2020 como el hecho de que, por primera vez, se tengan en cuenta los costes de producción en la compraventa de productos agrarios”.AVA-ASAJA considera “muy razonable y coherente” la iniciativa tomada por este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, impulsor precisamente de esta legislación tras la ola de movilizaciones agrarias y las negociaciones llevadas a cabo con el propio sector. La organización agraria también valora que la AICA facilite la puesta en marcha de esta campaña al crear “un nuevo formulario de denuncias más intuitivo y fácil”, en palabras de la Agencia.Si bien la medida se extiende a la totalidad de producciones agropecuarias, AVA-ASAJA hace hincapié en el cultivo del caqui porque en las últimas campañas los precios en origen se han desplomado más de un 40%, colocándose en la mayoría de los casos por debajo de los costes de producción que la organización agraria estima por término medio en 0,27 euros por kilo (€/kg). Por ello, AVA-ASAJA reitera a los productores que realicen un estudio a fondo de todos los gastos que comporta su explotación y lo tengan en cuenta a la hora de defender un precio de cara a la próxima campaña.Asimismo, AVA-ASAJA recomienda a los productores que revisen la letra pequeña de los contratos ofrecidos por los operadores comerciales porque ha detectado un creciente número de clausulas abusivas dirigidas a pagar menos dinero al productor. La última clausula que ha llamado la atención a los servicios jurídicos de la asociación es una que agrava el perjuicio ocasionado por el destrío de la fruta considerada por el comercio no apta para su comercialización en fresco. Así, cuando el porcentaje del caqui no comercial sea inferior al 5% de toda la cosecha, el comprador exige al vendedor que acepte expresamente no ser ni siquiera informado del destrío finalmente aplicado en el almacén.AVA-ASAJA aconseja a los productores no firmar ningún contrato de compraventa que sospechen que puedan contener clausulas abusivas sin antes consultar dichos documentos a la organización agraria. En caso de confirmar algún tipo de incumplimiento legal, AVA-ASAJA trasladará de forma anónima y gratuita dichos contratos a la AICA para su correspondiente investigación y, en su caso, apertura de expediente y aplicación de la sanción estipulada.Según los datos recogidos por la AICA en el primer semestre del año, el sector hortofrutícola encabeza con un 64% las sanciones impuestas. Desde 2014 la AICA ha dictado 2.169 infracciones con sanción, siendo las frutas y hortalizas el sector con mayor número de incumplimientos (985) por delante del lácteo (325), vino (261) y aceite (201).LA UNIÓ detecta cláusulas presuntamente abusivas en los contratos de compraventa
LA UNIÓ de Llauradors alerta a los productores de caqui de la existencia de cláusulas que podrían ser consideradas como abusivas en los contratos de compraventa de este cultivo de esta campaña y avisa que seguirá trasladando sus quejas a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), dependiente del Ministerio de Agricultura, para que inicie investigaciones al respecto.
En este sentido, LA UNIÓ señala que algunas de estas denuncias presentadas a la AICA en los últimos meses -como es el caso de las presentadas en diciembre por la campaña pasada- para defender los intereses de los productores de caqui ya se han traducido en la interposición de expedientes sancionadores por parte de este organismo a los comercios, fundamentalmente por renegociaciones de precios, ventas a resultas, cláusulas abusivas, etc. LA UNIÓ aconseja a los productores que no firmen ningún contrato con esas cláusulas y que en caso de que traten de imponérselas se pongan en contacto a través de nuestras oficinas para denunciarlo.LA UNIÓ reclama así mismo disponer de un contrato homologado de compraventa de caqui que garantice los derechos de las dos partes y que no ocurra como ahora, donde la parte compradora impone su contrato elaborado unilateralmente por ellos mismos y en el que generalmente sólo se garantizan los derechos de la parte compradora, mientras que a la vendedora se le obliga a aceptar las cláusulas, muchas de ellas posiblemente abusivas. Pide así a la Conselleria de Agricultura que hasta que no exista un contrato homologado, reúna de manera urgente en una mesa a todos los agentes que intervienen en el sector y acuerden un contrato tipo que defienda los intereses legítimos de las dos partes y que sirva ya en esta campaña para dar mayor transparencia en el sector del caqui que atraviesa uno de los momentos más complicados de su reciente historia.Entre esas cláusulas que, según diversos expertos jurídicos en la materia consultados por LA UNIÓ se podrían calificar como abusivas, destaca una sobre la Covid-19 que especifica que “en caso de un nuevo brote y los mercados vieran afectadas sus ventas, el comprador volvería a pactar con el vendedor nuevas condiciones del contrato (precio y fecha de recolección)”. Estos expertos consideran que puede ser abusiva porque transmite riesgos empresariales propios del comprador al productor.También se pretende imponer otra cláusula sobre la no recogida de la fruta siempre que se produzcan algunas cuestiones. En algunos contratos se señala que “no será recogido por el comprador el caqui que esté dañado o tenga un calibre por debajo de 70 mm. La cláusula prosigue diciendo que “la fruta recolectada, al llegar al almacén del comprador, será revisada y la que tenga algún defecto no se tendrá por comprada. En el plazo máximo de 10 días se comunicará además al vendedor el destrío producido por dichos defectos, el cual será deducido de los kilos a pagar al vendedor”.“El destrío máximo que se podrá deducir de los kilos recolectados del vendedor será de un 20% de la fruta entrada en el almacén del comprador, sin que éste tenga nada que reclamar por los perjuicios que dicha fruta en mal estado le ha producido como son los gastos de recolección, transporte y manipulación”, concluye la cláusula.Desde el punto de vista de los juristas consultados -con los que coincide LA UNIÓ- estas cláusulas podrían se abusivas debido al automatismo de las mismas y a la imposibilidad del vendedor de comprobar en el almacén los defectos de calidad alegados por el comprador. También consideran que el plazo de diez días para realizar la comunicación del destrío es demasiado largo y que un plazo de tres días sería más razonable por tratarse de un producto perecedero.No obstante, la validez de esta cláusula estaría a expensas de una conformidad por parte del vendedor y en todo caso el destrío debería ir avalado por un informe técnico que determinara con exactitud la fruta no apta para el comercio, según normas de calidad básicas y no por las establecidas unilateralmente por el comprador y ajustadas únicamente a los designios de la parte compradora.LA UNIÓ también resalta la urgente necesidad de contar con normas de calidad comercial en el caqui que garantice la calificación correcta del producto a comercializar, con objeto de no dejarlo todo en manos de los comerciantes que al final consideran como fruta rechazada toda aquella que les interesa y trasladan al productor todos los riesgos comerciales.Esta organización va a seguir trasladando a la AICA toda esta serie de contratos fraudulentos para que actué contra todos los comercios que estén imponiendo esas cláusulas abusivas en los contratos que obligan a firmar a los agricultores. Del mismo modo solicitará sanciones ejemplares para evitar que el resto de comercios extiendan dichas prácticas.Eduard Esparza, responsable del caqui de LA UNIÓ, señala que “mientras no dispongamos de un contrato homologado de compraventa, los productores estaremos a expensas de los comercios que únicamente miran por su interés, desentendiéndose muchas veces de los productores. Pero que sepan algunos comerciantes que vamos a estar vigilantes y que nuestras denuncias ya son tenidas en cuenta por la AICA y pueden traer consecuencias para los mismos”.Canso y Alzicoop se alían para comercializar cítricos y caqui
Los presidentes de la Cooperativa Agrícola Nuestra Señora del Oreto de L’Alcúdia (CANSO), Cirilo Arnandis; y la Cooperativa Hortofrutícola de Alzira (ALZICOOP), Francisco Clarí, han firmado un acuerdo intercooperativo, en virtud del cual trabajarán conjuntamente en la comercialización de cítricos y caqui.
El documento, rubricado en las instalaciones de ALZICOOP, determina el ámbito específico de la colaboración entre ambas cooperativas. Así, CANSO confeccionará y comercializará la producción de cítricos de la cooperativa alcireña, asumiendo las labores de clasificación, almacenamiento y/o acondicionamiento, confección, y comercialización. Por otra parte, la producción de kakis de la ALZICOOP se comercializará juntamente con parte de la producción de la cooperativa de L’Alcúdia.La firma del acuerdo entre estas dos cooperativas, que superan ampliamente los 100 años de historia cada una, supone la inversión de más de 2.100.000 euros, para modernizar las instalaciones de ALZICOOP con nueva maquinaria que permita desarrollar las labores de procesamiento de una producción de kakis de 12.000 toneladas por campaña.Para el presidente de CANSO, Cirilo Arnandis, “este acuerdo nos refuerza mutuamente, nos permite seguir avanzando en la concentración de la oferta y en la optimización de nuestros procesos para ofrecer a nuestros socios las mejores liquidaciones que sea posible por el producto que aportan”.