Las previsiones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pronostican para la presente campaña del tomate de transformación una producción sin grandes cambios con respecto a la del año anterior. Habrá un pequeño aumento de la superficie cultivable, principalmente en Extremadura, y el precio por tonelada fluctuará ligeramente al alza. Así que el rendimiento estará vinculado a la eficiencia de las extensiones y a la optimización de los costes en insumos.
En este contexto, la biotecnológica Tebrio ha desarrollado un innovador revitalizador de suelos orgánico que, además de fertilizar, ofrece al cultivo un efecto fortificante y bioestimulante que lo protege ante episodios de estrés abiótico, como heladas, salinidad o pH extremos. Y que también permite reducir el empleo de químicos en el abonado. Dicho producto, comercializado bajo la marca oFrass, está elaborado a partir de las deyecciones del gusano de la harina (Tenebrio molitor) y ejerce también una potente acción fungiestática debido al alto contenido de microorganismos que incorpora en su composición.
Ensayo en Extremadura
Durante un ensayo llevado a cabo en la localidad extremeña de Montijo (Badajoz) con la variedad de tomate industria UG16112, se constató que la zona abonada con los excrementos de este insecto registró un aumento del rendimiento de hasta un 11,7% por hectárea, comparado con el de otra parcela vecina en la que se utilizó un abono de fondo NPK convencional.
También se consiguió incrementar la densidad de tomates netos por unidad de superficie en hasta un 5%, descontando los no maduros o dañados por el sol. Y se obtuvo un mayor peso unitario del fruto, con un aumento de hasta un 8,2%, y un calibre hasta un 5,3% superior.
Con respecto al azúcar definido en grados brix, se alcanzó un 6,7% más que en los ejemplares recogidos de la zona testigo. Y se lograron reducir los niveles de nemátodos por debajo de los umbrales de daño económico recomendados sin necesidad de otros aportes complementarios. Para evaluar ese último dato, se tomaron varias muestras del suelo antes y después de la aplicación del fertilizante, tanto en la zona abonada de manera convencional como en aquella en la que se aplicó el fertilizante obtenido de insectos o se utilizó como complemento de otro abonado de fondo.
“Este producto puede utilizarse solo o combinado con otro fertilizante”, explica Miguel Ángel Álvarez del Real, director de la división Agro de Tebrio. “Mejora la capacidad de las plantas para captar y asimilar nutrientes del suelo gracias a su baja relación carbono-nitrógeno. Además, cuenta con bacterias que fijan el nitrógeno ambiental, solubilizan el fósforo y el potasio, y promueven la síntesis de moléculas precursoras de fitohormonas y ACC Desaminasa, de ahí su efecto bioestimulante. Todo ello, repercute en la rentabilidad del cultivo”