¿El romanesco se puede congelar?

El romanesco es una verdura de la familia de las crucíferas, conocida por su apariencia fractal y su color verde brillante. Este vegetal, pariente cercano del brócoli y la coliflor, no solo es nutritivo, sino también versátil en la cocina. Al igual que otras verduras, el romanesco se puede congelar para preservarlo por más tiempo, pero hay algunos pasos importantes a seguir para mantener su textura, sabor y valor nutricional
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¿Se puede congelar el romanesco?

La respuesta corta es sí, el romanesco se puede congelar. Congelar esta verdura es una excelente opción si quieres extender su vida útil y disfrutar de ella más allá de su temporada. La congelación ayuda a conservar sus nutrientes, siempre y cuando se haga correctamente. Sin embargo, debido a su alto contenido de agua, el romanesco puede volverse blando si no se congela y descongela adecuadamente. A continuación, te explicamos cómo prepararlo para mantener su textura y sabor.

Pasos para congelar el romanesco

Para obtener los mejores resultados al congelar el romanesco, es recomendable seguir estos pasos:

1. Lavar y cortar el romanesco

Primero, lava bien el romanesco para eliminar cualquier suciedad o residuo. Luego, corta la cabeza de romanesco en floretes, separando las pequeñas secciones en partes del tamaño que prefieras. Esto facilitará el proceso de congelación y hará que sea más práctico cuando lo vayas a usar en la cocina.

2. Blanquear el romanesco

El blanqueado o escaldado es un paso crucial para congelar el romanesco y otras verduras. Este proceso consiste en hervir los floretes en agua durante unos pocos minutos (generalmente de 2 a 3 minutos) y luego sumergirlos rápidamente en un recipiente con agua helada. El blanqueado ayuda a preservar el color, el sabor y la textura de la verdura, y también detiene las enzimas que pueden degradar los nutrientes durante el tiempo de congelación.

Para blanquear el romanesco:

– Hierve una olla con agua.

– Agrega los floretes de romanesco y deja que hiervan durante 2-3 minutos.

– Retíralos del agua caliente y sumérgelos en agua helada para detener la cocción. Deja los floretes en el agua fría durante otros 2-3 minutos.

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3. Secar bien los floretes

Después de blanquear, es importante secar bien el romanesco antes de congelarlo. Usa toallas de papel o un paño limpio para absorber la humedad. Este paso es esencial, ya que el exceso de agua puede formar cristales de hielo en los floretes, afectando su textura al descongelarse.

4. Congelar en bandejas

Para evitar que los floretes se peguen entre sí, colócalos en una bandeja en una sola capa y congélalos durante unas horas. Una vez que estén completamente congelados, puedes transferirlos a bolsas de congelación o recipientes herméticos. Al almacenarlos de esta manera, podrás sacar solo la cantidad que necesites sin tener que descongelar todo el contenido.

5. Almacenar en bolsas de congelación

Una vez congelados, coloca los floretes en bolsas de congelación y sella bien para evitar la entrada de aire. Etiqueta las bolsas con la fecha de congelación para recordar cuánto tiempo llevan en el congelador. El romanesco congelado puede durar entre 8 y 12 meses en el congelador.

Consejos para descongelar y usar el romanesco congelado

Para cocinar el romanesco congelado, puedes añadirlo directamente a tus recetas sin necesidad de descongelarlo previamente. Esta verdura es ideal para sopas, guisos, salteados y otras preparaciones calientes. Evita descongelarlo a temperatura ambiente, ya que esto puede hacer que se vuelva blando. Cocinarlo directamente desde el estado congelado ayuda a mantener su textura.

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