“El año pasado, con la misma superficie solo llegamos a 47.000 toneladas, pero no podemos decir que fuera una mala campaña porque los bajos niveles de oferta hicieron que se alcanzarán buenos precios,” explica Juan López, gerente Pozo Sur.
La compañía de Águilas (Murcia) mantiene distintos escalones productivos ya que empieza su temporada de sandía en el mes de mayo y acaba en el mes de septiembre con las producciones del altiplano.
Para esta campaña se abre una incógnita que solo se irá despejando con el clima. En nuestro sector “existen aspectos que se pueden solucionar con trabajo y organización. Es todo aquello referente a la distribución y los puntos de venta, pero luego está la parte agrícola, que nos viene dada por las circunstancias meteorológicas, y esto es algo que no podemos controlar,” remarca el directivo.
Y en este mismo sentido, López asegura que son muchas las dificultades que los productores tienen que asumir: los problemas de agua, las cargas burocráticas, el cuaderno digital, la supresión de fitosanitarios y un largo etc. que los desalienta. Y estas trabas no quedan ahí, sino que también se trasladan a las empresas hortofrutícolas, que cada día se ven sometidas a un exceso de celo por parte de la administración que todo lo cuestiona.
Otro de los problemas más acuciantes del sureste español es la escasez de agua. “Yo lo diría de la siguiente manera: cada vez que nos sentamos a la mesa a comer, deberíamos pensar en cuánta agua se ha necesitado para crear esos alimentos. No hay conciencia de lo que esto significa.”
Finalmente, López asegura que, pese a todo, el mayor desafío del sector pasa por “ser productivos siendo sostenibles, por lo que debe haber un buen aprovechamiento en campo evitando el desperdicio.”
Respecto a las importaciones de producto marroquí, el directivo asegura que seguirán al alza.




























































































