Superado ya el siglo de existencia, la firma sigue con los principios que le vio nacer, y que hoy, mantiene la cuarta generación de la familia. La actividad de García Ballester está dedicada casi al 100% a la exportación, preferentemente a los mercados europeos, y en menor proporción Canadá.
En otras épocas, se estuvo en el mercado chino, pero las cuestiones geopolíticas y la COVID, hicieron que la aventura fuera más corta de lo esperado. También se hacían muchas cargas a Estados Unidos y Rusia, pero otra vez, las cuestiones políticas provocaron que estos destinos dejaran de ser interesantes.
Tecnología
La apuesta por la tecnología es otra de las claves de García Ballester para permanecer en la vanguardia del negocio citrícola. Las últimas inversiones al final de la línea de producción han consistido en la renovación de unas siete enmalladoras de un total de las 13 existentes. En campo, la empresa avanza, sobre todo, en temas de software, donde se sirve de tecnología vía satélites y drones.
En el apartado de investigación, García Ballester forma parte del Centro de Investigación Varietal de Castellón, del que se espera, en breve, haya listos nuevos materiales.
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Respecto a las actuales variedades club, la firma mantiene muy buenas expectativas con la variedad Leanri, que ya se encuentra en su sexto año y de la que se esperan más de dos millones de kilos. “Es una variedad que aguanta muy bien tanto en árbol como en cámara y posibilita alargar la presencia en el mercado hasta casi finales de mayo”, explican fuentes de la empresa.




































































































