Ustedes son una de las empresas que más fuerte han apostado por la IV Gama en fruta en los últimos años, aumentado la categoría. ¿Me puede ahondar en esta evolución y por qué se ha realizado?
Llevamos años observando cómo cambian los hábitos de consumo y, sobre todo, el valor que el consumidor da a la conveniencia sin renunciar a la calidad. Por eso, decidimos apostar por la IV Gama hace ya 11 años, con el objetivo de acercar la fruta fresca, natural y de máxima calidad a quienes no tienen tiempo de prepararla, pero sí quieren cuidarse.
No ha sido un camino fácil, pero sí muy coherente con nuestra visión de empresa: transformar lo complejo en sencillo sin perder esencia ni sabor.
En estos 11 años nuestro portfolio de productos, bajo las marcas Frutifresh y Peris, se ha incrementado notablemente, algunos de ellos por nuestra propia iniciativa, estudiando tendencias de mercado y otros por petición de los clientes, ya que nuestra tecnología y equipo hacen posible la adaptación a las necesidades que nos plantean desde la dirección de compras de la gran distribución.
En estos años también hemos reforzado nuestra estructura operativa y logística para dar respuesta a la creciente demanda de fruta lista para consumir, manteniendo siempre los valores que definen a Peris: calidad, cercanía y compromiso.
¿Me puede explicar todos los productos que tienen en fruta?
En fruta trabajamos una gama especializada, con foco en mono producto de alta calidad. Tenemos melón piel de sapo troceado, sandía sin pepitas, piña en varios formatos, coco, granada, calabaza, bastones de zanahoria y también propuestas combinadas en forma de macedonia o en almíbar natural durante todo el año. Todos ellos listos para consumir, y con un objetivo claro: ofrecer una experiencia lo más cercana posible a la fruta recién cortada en casa.
Este enfoque permite adaptar los formatos a distintas ocasiones de consumo, desde el snack individual hasta la bandeja familiar o el uso en restauración.
Quisiera que me explicara las últimas innovaciones que han realizado en envases, en colaboración con un centro tecnológico.
Hemos trabajado en el desarrollo de envases y etiquetas más sostenibles, con materiales reciclables y opciones mono material. El objetivo es reducir el impacto ambiental sin comprometer la conservación ni la presentación del producto. También estamos valorando sistemas activos que ayuden a mejorar la vida útil y la seguridad alimentaria, especialmente en productos más delicados. Este último desarrollo lo estamos llevando a cabo con el IATA-CSIC.
Gracias a la incorporación de etiquetas más ligeras y envases optimizados, en 2024 ya hemos reducido más de 2.100 kilos de plástico, con previsión de duplicarlo en 2025.
La calabaza es un producto que históricamente ha sido muy importante para ustedes en primera gama y han sabido convertirlo en un indispensable en IV y V gama. ¿Qué desarrollo tiene?
La calabaza forma parte del ADN de Vicente Peris. Fuimos pioneros en su comercialización en I gama y, desde hace unos años, la elaboramos en IV y V gama en formato pelado, troceado y listo para cocinar, y cocinada en horno, ideal para purés, cremas o platos preparados. Tiene una gran versatilidad y el consumidor la percibe como un producto saludable y fácil de incorporar en su día a día.
Su excelente comportamiento en conservación y sabor la convierte en un producto estratégico para desestacionalizar parte de nuestra actividad.
¿Por qué esa apuesta por el mono producto?
Apostamos por el mono producto porque nos permite centrarnos en hacer cada referencia lo mejor posible. Elegimos cuidadosamente la materia prima, adaptamos el corte y envasado según la fruta, y garantizamos una calidad homogénea. Esto aporta confianza al consumidor y eficiencia a la distribución. Además, el mono producto es más fácil de integrar en diferentes usos: como snack, ensaladas, en cocina…
Además, permite una trazabilidad más precisa y un control más estricto sobre las propiedades organolépticas de cada lote.
Ustedes disponen de una sala para confección de IV gama con alta tecnología, ¿ha habido alguna innovación durante el último año? ¿o existe previsión de ella?
Estamos en un proceso constante de mejora. Contamos con unas instalaciones certificadas en ISO7 y salas separadas entre sí para garantizar la máxima higiene y seguridad alimentaria. En el último año, hemos reforzado el sistema de control ambiental, implantado nuevas técnicas de higienización y mejorado la trazabilidad interna. Además, acabamos de iniciar una colaboración para externalizar la limpieza de la sala blanca con un proveedor especializado, lo que nos permitirá dedicar aún más foco a la producción y la calidad.
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Además, nuestro modo de producir permite reducir de forma natural el desperdicio alimentario: pelamos y troceamos con técnicas que aprovechan al máximo el producto, y muchas piezas que no cumplen los estándares estéticos para la I gama encuentran su lugar en formatos troceados gracias a su excelente sabor y calidad.
Complementamos esta estrategia colaborando con universidades, institutos tecnológicos en el desarrollo de soluciones para el aprovechamiento de alimentos, así como empresas que reutilizan partes no comestibles de la fruta —como cáscaras o cortezas— para procesos vinculados a la ganadería, la cosmética o la alimentación.