La vida son etapas, y la etapa que Alfredo Miralles (Monforte del Cid, 1973) vive ahora la dedica a sus hijos porque reconoce que entre los 15 y los 35 años, no hizo otra cosa sino trabajar.
Por eso vive volcado en sus retoños: Alfredo y Alma (mellizos) y Mía, pero muy especialmente en el primero que, desafiando la genética, parece ser una promesa del fútbol.
Si existe un adjetivo que define a Alfredo es la sencillez. Es un hombre de pocos excesos, al que le dan igual las marcas de sus camisas que, por cierto, siempre se las compra su mujer. Acaba de adquirir su primer coche alta gama y está pagando la hipoteca de su segunda vivienda.
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