El chef Martín Berasategui ha visitado este martes el centro de Investigación, Desarrollo y Producción Sakata Seed Ibérica en Vícar (Almería) para conocer más de cerca la realidad del sector agrícola almeriense y el trabajo de la compañía de obtención vegetal.
Durante el recorrido el cocinero, que suma 12 estrellas Michelin, ha puesto en valor el trabajo de los agricultores, una herramienta clave para el sector de la restauración y la gastronomía. “Gracias a vosotros podemos cocinar verdaderas maravillas. Debéis sentiros parte de lo que está pasando en la cocina española”. Frutas y hortalizas llenos de sabor y salud que son un valor al alza en tiempos de coronavirus. “Si nos alimentamos con productos como estos estaremos más sanos, seremos más competitivos”.
Objetivo con garrote: «Enseñar a los niños a comer en las escuelas»
Berasategui ha querido hacer un llamamiento a las administraciones competentes para que ponga en marcha acciones para “que seamos un país pionero en el que se enseñe a los niños a comer en las escuelas y sean la primera generación que enseñe a sus padres a comer”.
“De niño recuerdo que nos daban fruta o verdura cuando nos portábamos mal. Esto debe cambiar”.
Tras su intervención, el chef ha firmado unas chaquetillas a empresas almerienses como CASI, UNICA, Agroponiente, Godoy, Reyrosa e Indasol, que tienen una estrecha colaboración con la casa de semillas.
Almería, en el foco de Sakata
El gerente de Sakata Seed Ibérica, Javier Bernabéu, ha expresado el interés de Sakata por el sector agrícola almeriense. Aunque llevan años trabajando en el desarrollo varietal de productos como el tomate en fincas experimentales, es en los últimos tiempos cuando han apostado de forma más decidida por la zona. En abril de 2018 este objetivo se materializó con la apertura del centro de Investigación, Desarrollo y Producción de Vícar, que cuenta con 30 ha de terreno y está en plena expansión. “En esta primera fase llevamos 4,5 hectáreas de invernadero construidas, y planeamos alcanzar las 13 aproximadamente».
Además de los invernaderos, hay dos hectáreas destinadas a instalaciones varias como oficinas, zona de patología, laboratorio, semillero para producción de plantas para ensayos, etc.
En Vícar, la I+D de Sakata trabaja el desarrollo de tres programas principales o ‘residentes’: melón piel de sapo, pimiento y tomate. A ellos se suman dos programas subsidiarios sobre calabaza-calabacín y pepino que sirven de apoyo a la labor de Sakata en otras zonas.
La inversión de Sakata para la puesta en marcha de este centro ronda los 4 millones de euros.