Junto con el detectado a finales de 2019, suman 6,25 hectáreas, ya controladas y en proceso de erradicación del virus.
El Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) sigue dando quebraderos de cabeza a los productores. Esta misma semana el Ministerio de Agricultura de Francia daba a conocer los primeros casos en su territorio con dos invernaderos infectados en Finisterre, ambos del mismo productor, y de forma paralela se estudiaban posibles casos en otras tres explotaciones por la sospecha de que el virus procediera de plantas provenientes del Reino Unido, si bien las semillas eran de los Países Bajos.
En España, con la mayor producción de tomate concentrada en la provincia de Almería, se han sumado otros cinco casos al primero que se confirmó en noviembre del pasado año. Como publicó la Junta de Andalucía en el BOJA del pasado 31 de enero, en total (contando con el primer invernadero) hay 6,25 hectáreas afectadas, cinco de ellas en Vícar y una en El Ejido.
Tras la declaración de las zonas infectadas, desde el Área de Sanidad Vegetal se tomaron rápidamente las oportunas medidas fitosanitarias obligatorias para erradicar el ToBRFV.
La totalidad de las plantas presentes en cuatro de los invernaderos fueron destruidas para evitar la dispersión del organismo nocivo. Y al no observarse incidencia del organismo nocivo en los otros dos, una vez fueron eliminadas la totalidad de las plantas que presentaban síntomas compatibles con el organismo nocivo, así como las próximas a éstas, no hubo que destruir el resto.
“No obstante, en caso de que se observe incidencia del ToBRFV se procederá a la destrucción de la totalidad de los cultivos, para lo que la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de Almería realizará un seguimiento exhaustivo de ambos invernaderos”, se especificaba en el texto.
Desde la Junta de Andalucía recomiendan utilizar plántulas procedentes de semilleros autorizados debidamente inscritos en el Registro Oficial de Productores, Comerciantes e Importadores de Vegetales (ROPCIV) y disponer del correspondiente Pasaporte Fitosanitario, para garantizar su sanidad.
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