El equipo de I+D de Harmoniz lleva años trabajando para hacer frente a los desafíos agronómicos (rendimiento y resistencia a patógenos), sin ignorar los más explícitamente comerciales: sabor, vida útil, frescura, valores nutricionales y apariencia externa de frutos atractiva…
Una doble perspectiva que le ha permitido consolidar su posición en el mercado como empresa líder y a la vanguardia en el desarrollo de variedades de tomate innovadoras, de gran sabor y resistentes a virosis como la del conocido virus rugoso del tomate (ToBRFV).
Actualmente, Harmoniz cuenta con alrededor de 20 híbridos resistentes, entre los que se incluyen los cherry pera rojos Basoche, Dormaplum, Flor de Andalucía, el midi plum Midres y distintas especialidades de color como Cantando, TT-768, Tom Ruby, Yellow Drop y muchas otras.
Maury Fernández, General Manager de Harmoniz Ibérica, adelanta que “pronto lanzaremos versiones resistentes de las mejores variedades ya conocidas en la gama de Harmoniz. Estamos muy orgullosos de poder ofrecer a nuestros clientes soluciones inmediatas”. Se trata de materiales fiables y rentables, tanto agronómica como comercialmente, cuya durabilidad ha sido probada y verificada.
Cambio de paradigma
Tras una campaña con menos producción y buenos precios en tomate, el sector agrícola español necesita “certidumbre”, afirma Maury Fernández. El ejercicio pasado estuvo plagado de riesgos “inherentes” a la industria como el ToBRFV y otras plagas emergentes, así como problemas sobrevenidos que afectaron de forma colateral, como los retos geopolíticos. “No dejan margen de competitividad, a menos que no se reinvente otro paradigma de producción”. La vuelta de Holanda a un nivel productivo anterior a la crisis entre Rusia y Ucrania, el aumento de costes y, sobre todo, la creciente importación europea de productos de países terceros, especialmente Marruecos, son algunos de los principales retos.
Sobre este último origen, Maury Fernández hace un llamamiento a ser conscientes. El país alauita prevé incrementar su superficie de producción hortofrutícola en 5.000 hectáreas en los próximos siete años. Para ello desarrollar una estrategia encaminada a tener más agua y ofrecer cada vez más ventajas competitivas, ya sean logísticas, por los costes de mano de obra, o por la falta de normativas sobre el uso de plaguicidas.
En este contexto los agricultores españoles se ven obligados a abandonar la tradicional orientación a los volúmenes si quieren seguir siendo competitivos en el mercado de exportación de tomate. “Por un lado, posicionando sus productos fuera del segmento de las commodities, apuntando a producir una calidad innovadora basada en la diversificación y capaz de ofrecer nuevas experiencias de consumo con alto valor añadido. Por otro lado, aumentando su nivel de profesionalidad, planificando e incrementando colaboraciones de amplio alcance que involucren a cada actor de la cadena de negocio”.
Se trata de una orientación al mercado radicalmente distinta pero que, a su juicio, es imprescindible para la supervivencia del sector. Una orientación que es inherente al ADN de Harmoniz. Como su propio nombre indica, crea armonía entre los distintos eslabones de la cadena, y el concepto de innovación subyace en todos los niveles de su actividad, con la creatividad, calidad, diversificación y distinción del producto como base de su labor diaria.