Reino Unido ‘sorpassa’ a Francia como 2º destino en valor de las f&h almerienses

CAJAMAR informe campaña almeriense 2020 2021_

Se acerca el año nuevo y, como es tradición, antes de arrancar la última hoja del calendario Cajamar ha presentado el Análisis de la Campaña Hortofrutícola Almeriense, acompañado del Tecnómetro 2020 sobre la industria auxiliar de Tecnova.

El ‘termómetro’ del sector hortofrutícola marca estabilidad en líneas generales. Pero llega con una ‘cara’ y una ‘cruz’. La parte positiva es el crecimiento de las exportaciones a Reino Unido (+4,9% en volumen y +25,8% en valor), que ha logrado por primera vez desbancar a Francia como segundo destino de las frutas y hortalizas almerienses en términos de valor. Una “sorpresa” inesperada que despeja, al menos de momento, los malos augurios que había en el sector debido al Brexit.

La ‘cruz’ de la moneda es el nuevo descenso del otrora protagonista del campo almeriense, el tomate. Según se desprende del informe de Cajamar, su superficie cultivada cae un 2,7% respecto al ejercicio precedente, 2019/20. Ampliando la lupa a las últimas 5 campañas, se observa un desplome del -15,17% de hectáreas cultivadas. En términos de producción, el descenso es de un -7,3%, totalizando 739.363 t en 2020/21, y en el capítulo de exportación, supone apenas un 14% del total de frutas y hortalizas exportadas, cuando llegó a representar hasta el 26%. «El tomate ha perdido 13 puntos de importancia en la exportación mundial desde 2012/13. Éramos los 3º a nivel mundial, y ahora somos los 5º tras Marruecos y Turquía», ha señalado Roberto García Torrente, responsable de Innovación Agroalimentaria de Cajamar.

Campaña desigual

Aunque las principales cifras del sector mantienen una tendencia estable en volumen de producción, ventas y valor generado, el comportamiento de los diferentes productos ha sido desigual en función del volumen de oferta disponible y del comportamiento de los mercados de destino en las diferentes fases de la campaña, y los precios medios han experimentado fuertes oscilaciones.

La extensión que ocupan los invernaderos sigue creciendo a un ritmo moderado (+1,6 %), sobre todo en el Levante, con 32.554 hectáreas. Sin embargo, la superficie cultivada total, sumando los ciclos de invierno y primavera, aumenta de forma significativa (+5,3 %), y alcanza las 64.672 hectáreas.

Buena parte de ello se debe al incremento en las plantaciones de sandía (+17,2 %) y melón (+16,2 %), impulsadas por los buenos resultados en 2019/20. Otros cultivos, como calabacín (+5,9 %) y pimiento (+2,6 %), también ver crecer su superficie, mientras que en el otro extremo de la balanza están la de berenjena (-4,8 %) y el tomate, como se mencionaba anteriormente (2,7 %).

La producción global bajo plástico aumenta solo ligeramente (+0,6 %) y suma 3.509.459 toneladas. Mientras que los ingresos totales obtenidos apenas suben un 0,17 % y se sitúan en 2.295,5 millones de euros.

El aumento de la superficie destinada a cultivos explica el notable incremento del volumen cosechado final, como sucede con la sandía (+17,5 %) y el melón (+16,2 %), mientras que se reducen considerablemente las producciones de tomate (-7,3 %), berenjena (-6,1 %) y pepino (-4,9 %).

Todo ello ha influido en el valor final de la producción, que desciende en aquellos productos que han visto crecer su producción sin que le acompañen las cotizaciones medias durante el ciclo de primavera, como sandía (-18,2 %) y melón (-15,4 %); y crece ligeramente en aquellos otros que experimentaron cierta merma productiva en las primeras semanas de 2021 a consecuencia del frío, como berenjena (14,36 %) y pimiento (8,8 %).

Costes y pérdida de rentabilidad

La pandemia ha hecho que la recuperación económica sea más lenta de lo previsto, lo que, unido a fenómenos como Filomena, ha derivado en desajustes en las cadenas de suministro. Además, el encarecimiento de los insumos ha repercutido fuertemente en el bolsillo de los agricultores, que han acusado “un claro deterioro del margen de explotación”, señala el texto de Cajamar. La subida del SMI en 2018/2019 ha supuesto un encarecimiento del 25 % en solo 3 años. A esto se suman las subidas en la mayoría de los insumos de producción, como consecuencia de la evolución de los precios energéticos: un +12,5% en los plásticos, +12% del coste energético, +0,8% en mano de obra, +1,5% en agua, +1,9% en semillas, +6,3% en control biológico, +1,7% en fitosanitarios y +8,7% en fertilizantes. Parte de esas subidas se trasladaron al sector entre enero y junio de 2021, pero durante los últimos meses el proceso se ha acelerado con un incremento del 44 % desde el mes de junio. Ese sobrecoste se produce también la fase de manipulación y comercialización por vía de las facturas de electricidad y el mayor coste de los envases.

A todo ello se une el descenso en el consumo de frutas (-11,1%) y hortalizas (-10,1%) tras el impulso del primer año de Covid-19, volviendo a hábitos prepandemia.

«Se están ampliando progresivamente los calendarios de exportación»

El agro almeriense exportó 2.740.895 toneladas (+0,6%) en 2020/21, casi el 80% del total de la producción, con un valor comercializado de 2.937,9 millones de euros (+2,5%), lo que supone un nuevo máximo en la serie histórica.

El producto más vendido en el exterior ha sido el pimiento, con 578.281 toneladas (el 21,1% del total), seguido del pepino, con 475.384 t (-3,8%), el tomate (-5,7%) y el calabacín, que con 348.372 t crece un 2,8% respecto al ejercicio anterior.

Los principales destinos son Alemania, Francia, Reino Unido y Países Bajos, y como tendencia, García Torrente señala que «se están ampliando progresivamente los calendarios de exportación», situándose los mayores crecimientos en los primeros y los últimos meses de la campaña.

Buenos vientos para la industria auxiliar

«Para la industria auxiliar el año no ha sido negativo. Surgen nuevas empresas, es un sector en crecimiento”, ha expuesto Mª Carmen Galera, directora general de la Fundación Tecnova.

El Tecnómetro 2020 señala que las 153 empresas de la industria auxiliar almeriense alcanzaron de forma conjunta los 1.306 millones de euros de facturación el año pasado, experimentando un crecimiento del 2,4% respecto al ejercicio 2019. Sin embargo, el ‘pastel’ está muy repartido: solo el 24% de las empresas facturaron más de 6 millones de euros.

Otro dato positivo es el incremento del 8,4% en los empleos (ya hay 5.938 trabajadores en la industria auxiliar), el 50% con alta cualificación».

Mª Carmen Galera ha señalado que «el sector no tiene miedo a exportar”. El 71,7% de las empresas ya tiene presencia en los mercados internacionales, a donde destinan el 21,7% de sus ventas. Y es que las ventas nacionales siguen representando el mayor peso en buena parte del sector de las auxiliares (hay que tener en cuenta que, en el caso de las casas de semillas, por ejemplo, las ventas en el exterior se realizan a través de filiales).

La directora general de Tecnova ha finalizado su intervención destacando el optimismo del sector. “Queda mucho por hacer. Cada nuevo país productor representa nuevas posibilidades para la industria auxiliar y una posible fuente de ingresos”. La clave está en la digitalización y la creación de una marca país a la que debe contribuir el Gobierno “apoyando realmente a las empresas”.

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