El Congreso ha aprobado este jueves la ley contra el desperdicio alimentario, que incluye medidas como la obligación de que bares y restaurantes ofrezcan envases para llevarse las sobras, la exigencia de que los supermercados donen sus excedentes, y la imposición de que todas las empresas de la cadena alimentaria cuenten con planes para evitar que la comida acabe en la basura.
La Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario pretende reducir la cifra global de desperdicio, que en 2023 se situó en España en 1,214 millones de toneladas, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. Mientras, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que cada año se desperdician en el mundo unos 1.300 millones de toneladas, alrededor del 30% de los alimentos que se producen, con un alto coste ambiental.
Las diferentes patronales y asociaciones de la cadena alimentaria coinciden en que es una ley pionera en un país europeo —aunque ya existe una en Cataluña—. “Vemos positivo que se armonice el tema del desperdicio alimentario.
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La ley cumple tres objetivos: el social, porque se evita desperdicia comida; el ambiental, porque fabricar alimentos supone consumos de agua, energía y gestión de residuos que se perderían; y también el económico, porque producir para acabar en la basura es perder eficiencia en la gestión”, apunta Paloma Sánchez Pello, directora de Competitividad de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Estas son algunas de las novedades legislativas.
Fuente: ElPaís

































































































