Con un bagaje profesional que abarca seis décadas, la firma madrileña ha sabido adaptarse a los tiempos y realiza una fuerte apuesta por productos muy ligados al entorno.
Como todos los años, Ibérica de Patatas se convierte en la principal comercializadora de la patata española más temprana, la producida en tierras malagueñas con unas previsiones de 600.000 kilos.
Pablo Jiménez, gerente de la compañía, explica cómo este producto se fue introduciendo en los supermercados gracias a su diferenciación y hoy es ampliamente valorado y esperado. “Durante muchas campañas hicimos promociones en puntos de venta y explicamos a los consumidores que se trataba de un producto fresco; ahora los hilos del marketing los mueven blogueros especialistas en cocina que reciben nuestras patatas y cocinan con ellas para sus seguidores.”
La compañía mueve más de 125 millones de kilos anuales destinados en su totalidad al mercado interior. Esta magnitud se hace solo posible gracias a una altísima especialización en todos los niveles, desde campo a almacén, con la implementación de las mejores variedades, la más alta tecnología, una gran flexibilidad en todo tipo de envases y la mejor distribución comercial.
“Nos gusta llamarnos proveedores en origen y destino,” explica Jiménez. “Somos origen porque contamos con agricultores asociados a los que asesoramos en la compra de semilla dependiendo de las necesidades de nuestros clientes y a que los ofrecemos un apoyo integral con nuestro equipo de ingenieros técnicos”
La producción de Ibérica de Patatas se encuentra diversificada por las distintas regiones productoras, abarcando desde Castilla León como principal proveedor hasta las zonas de Málaga, Murcia, Sevilla y Castilla-La Mancha. Entre todas ellas se alcanza el 65% del total de aprovisionamiento y el resto, un 35% procede de Francia.
Ibérica de Patatas inició la diferenciación o segmentación para usos culinarios hace años y, hoy en día, este valor añadido se sigue ofreciendo: patata para cocer, para freír o de guarnición son algunos de los usos más reconocidos.
“La especialización más reciente pasa ahora por la oferta de Agria durante todo el año, ya que es una variedad que ofrece una alta calidad en la fritura, uno de los usos más demandados. Su aspecto no es el más atractivo, pero para freír es la que mejores resultados presenta,” explica el directivo.
En el canal Horeca la compañía tiene otro de sus puntos fuertes, alcanzando unas ventas de 7 millones de kilos de patata fresca cortada y pelada con una durabilidad de unos 7 u 8 días. Desde sus comienzos en 2005 esta categoría ha crecido a un ritmo muy acelerado. Hoy está más consolidada, pero la investigación hacia nuevos envases sigue su punta de lanza. “Sabemos que es una categoría de futuro y queremos estar en la vanguardia.”
Pero sin duda, las líneas comerciales más acordes con las aspiraciones de los consumidores actuales pasan por el producto local y de temporada. “En este sentido, hace 5 años iniciamos la producción y comercialización de ‘Patatas de Madrid’, ahora es la marca Especial Castiza con la M Producto Certificado de Alimentos de la Comunidad de Madrid que suma más de 700.000 kilos. Son producciones pequeñas, pero a las que se les ha dado un gran valor añadido por su procedencia cercana, su colaboración con la sostenibilidad del medioambiente por la reducción de Co2 por la cercanía en el transporte y su consumo en un área de población como el entorno de la capital de España. La patata procedente de Málaga también cuenta con la singularidad de ser un producto local y muy de temporada. Ambas líneas se enmarcan en nuestra línea de trabajo, la potenciación del producto nacional,” concluye Jiménez.