Nufri abre el abanico de sus importaciones

La actividad de la empresa alimentaria se extiende por todo el mundo ya que el Grupo empresarial produce, importa y comercializa en los cinco continentes, recibiendo producto de más de 40 países.

Entre las diversas líneas de trabajo, las importaciones constituyen una de las actividades con más arraigo y, en la actualidad, toman mayor relevancia con la incorporación de una amplia gama de exóticos.

“Se trata de nuevas líneas de importación que estamos desarrollando y que se caracterizan por la importancia en el valor y calidad de estos productos en el mercado. Si esto se cumple, el cliente no duda en pagar su precio,” explica Yeray Hurtado, miembro del equipo Comercial de este departamento.

Mali, Costa de Marfil, Perú, Méjico o Chile son algunos de los países de donde procede esta fruta.

Otra de las categorías incorporadas se corresponde con los berries, un segmento de gran desarrollo. “Es cierto que la demanda en Europa ha subido vertiginosamente, pero también la oferta ya que cada día hay más operadores en el negocio,” explica Hurtado.

Esta nueva gama incluye todo el surtido desde la frambuesa, la grosella o la mora, hasta el arándano. Es precisamente éste el producto de mayor volumen por su durabilidad y una venta más fluida. Todas las importaciones se realizan por avión.

La manzana, la gran especialidad

Si existe una fruta que es la estrella del Grupo, esa es la manzana. Nufri es uno de los grandes especialistas a nivel europeo, productor y panelista de grandes marcas, su apuesta productiva de 1.000 hectáreas en la finca de La Rasa en Soria, supone un antes y un después en el panorama de la producción nacional y de proximidad.

“El objetivo de nuestra compañía es atender la demanda de cualquier consumidor porque como especialistas que somos, ofrecemos una respuesta a un mercado que puede demandar manzana de cualquier origen”, explica Ignasi Argilés, director de producción y comercio.

Sin embargo, las manzanas sorianas bajo la marca Livinda y Delissium optan a transformar los lineales españoles y a ser las preferidas por un consumidor que comienza a entender el valor de la sostenibilidad y la producción cercana. “Nuestras marcas representan una doble ventaja: una calidad equiparable a las manzanas europeas de alta montaña y un producto que tiene incorporados los valores de la sostenibilidad social y económica porque da trabajo a gente del país, y en el aspecto medioambiental, representan un menor impacto de la huella de carbono,” explica Argilés.

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