Con nuevas líneas de producto y un centro de trabajo renovado por su inversión tecnológica, la cooperativa murciana presenta uno de los mejores balances de su historia.
“Estamos recogiendo los frutos de muchos años de trabajo y de largos procesos de inversión y modernización de nuestras estructuras, combinados con un meticuloso trabajo comercial. Sin embargo, no sólo nosotros sino todo el sector vive momentos de incertidumbre debido a los problemas de agua que sufre el Campo de Cartagena,” explica José García, gerente de la entidad desde hace casi diez años.
En 2016, San Cayetano acometió una importante renovación tecnológica en sus instalaciones, con la que toda la zona de paletizado fue robotizada y se sustituyeron los calibradores. Esta inversión superó los 2,4 millones de euros.
Además, la entidad continúa apostando por la diversificación de producto, de tal manera que los riesgos comerciales de una campaña concreta pueden quedar amortiguados en caso de que su desarrollo no sea el más adecuado. A ello se une una estrategia comercial alejada de la especulación del mercado, que busca programaciones con la industria y con las cadenas de supermercados. Por otro lado, se ha logrado establecer una vinculación muy estrecha con los agricultores a los que se mentaliza para entender que su trabajo acaba cuando el consumidor final se encuentra satisfecho. Y, es en este triple entendimiento: agricultor, comercialización y cliente, donde la entidad ha logrado desarrollarse y atender la demanda de nuevas líneas de productos.
Este es el caso de la campaña de lechuga Salanova para este año o la reciente introducción del pimiento Sweet Palermo, así como la calabaza cacahuete o la Pottimarrón. Para estas últimas se ha habilitado un espacio de almacenaje de 6.000 m², que permitirá servir producto desde octubre hasta abril.
Pero han sido las sucesivas campañas de pimiento, las que elevan a más de un 30% de cuota de producción de este hortícola de primavera. “Llevamos cuatro buenas campañas de pimiento, donde se han dado una serie de factores que han normalizado este mercado. Factores tales como la desaparición de elementos que distorsionaban la campaña en Holanda (contratos de venta de electricidad), el aumento de la productividad de las variedades que se plantan habitualmente en Murcia y el “acoplamiento” entre las campañas de Murcia y Almería”.
La cooperativa cerró el ejercicio pasado con 18 millones de kilos de pimiento, que potencialmente podrían convertirse en tres millones más, aunque con toda probabilidad no se den esta primavera del 2017, ya que la superficie plantada es la misma que en 2016.
Además del pimiento, los cítricos en su conjunto con un volumen de un 50 % son una línea de productos importantísimos para la compañía, pero según palabras del directivo “creo que en el futuro sufriremos con productos como el limón, dada la euforia desmesurada de la entrada en producción de nuevas plantaciones.”