La explosión de iniciativas locales para dar de comer a las personas que se encuentran en riesgo de exclusión por la crisis del coronavirus está generando nuevos modos de cooperación que pueden ayudar a resolver retos en alimentación.
Así lo han puesto de manifiesto representantes de organizaciones sociales, empresas e instituciones en el primer encuentro virtual del ciclo “Alimentando el cambio juntos”, organizado por la multinacional Danone y el Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana Sostenible (Cemas).
El chef José Andrés ha destacado en su intervención en la jornada el papel de las organizaciones no gubernamentales, asociaciones de vecinos y otros pequeños grupos que, a pesar de recibir “muy poca ayuda” de las administraciones, trabajan en los barrios de las ciudades ayudando a los más desfavorecidos.
“Cubren el vacío que dejan las instituciones democráticas, que deberían cubrir esas necesidades de forma más eficiente”, ha sostenido el también fundador de la ONG World Central Kitchen.
José Andrés ha explicado que, en emergencias como la que ha provocado la pandemia en países como España, lo mejor para dar una respuesta rápida es utilizar lo que se tenga “más a mano”, como comprando alimentos a los agricultores locales, contribuyendo así a que la economía se regenere.
Esa misma idea ha trasladado el chef de la escuela Montessori en Valencia Juan Llorca, quien ha asegurado que trabajando con los productores más próximos “se reducen los costes y se mejora la calidad de los ingredientes”.
Llorca ha llamado a invertir en los menús infantiles para que sean más nutritivos, sin importar a qué clase socioeconómica pertenezcan las familias, justo ahora que la pobreza está aumentando en España por la pandemia.
Redes asistenciales
Para el director del Cemas, Vicente Domingo, el coronavirus ha demostrado que lo que ocurra en una determinada ciudad del mundo “tarde o temprano acaba afectando a casi todas”, por lo que hace falta pensar en “lo común y lo público”.
“Tenemos que conquistar el espacio de la sabiduría”, a través de las herramientas que permiten el acceso a la información y el conocimiento, para lograr unos sistemas alimentarios urbanos sostenibles, ha enfatizado.
Según la directora de Asuntos públicos y sostenibilidad de Danone, Laia Mas, se ha visto que la “fragilidad de la sociedad” es un problema estructural que obliga a los distintos actores a cooperar para garantizar el acceso a una alimentación local.
Por ese motivo la marca ha colaborado con diversos proyectos que estos meses han logrado movilizar a los productores y repartir cajas de alimentos básicos a familias necesitadas en España, como “Health Warriors”, que comenzó contactando con restaurantes que pudieran donar raciones de comida para entregarlas a personal sanitario y colectivos en riesgo de exclusión social.
Uno de sus impulsores, Nacho Ballesta, ha detallado que han creado un “movimiento social” que en las últimas cinco semanas ha llevado a 1.200 familias necesitadas cajas con alimentos frescos de agricultores locales, legumbres, leche, caldo, yogures o pan.
El centro de innovación KM Zero ha identificado buenas prácticas surgidas a raíz de la pandemia, con el objetivo de combatir el hambre y la mala alimentación.
En la lista figuran desde una iniciativa por la que los consumidores deciden qué parte del precio destinan a los agricultores, hasta aplicaciones para evitar el desperdicio de alimentos, promover el comercio local, apoyar la hostelería, impulsar las donaciones en los supermercados y enviar la compra de alimentos a las personas mayores.
Participación ciudadana
El fomento de la participación ciudadana en los procesos de decisión también ha centrado el debate entre los participantes.
La directora gerente de la fundación Las Naves para la promoción urbana en la Comunidad Valenciana, Marta Chillarón, ha subrayado la importancia de involucrar a la ciudadanía en las políticas públicas, al igual que el director de The Good Lobby, Alberto Alemanno, que apunta a “democratizar el acceso al poder político”.
La directora de la fundación Change.org, Irene Milleiro, ha recalcado que las peticiones en la plataforma muestran que los ciudadanos exigen cada más a las empresas que colaboren para resolver problemas sociales y trabajen a favor de una alimentación saludable y sostenible.
La crisis ha conllevado una “mayor conciencia de la propia vulnerabilidad personal y colectiva”, ha señalado Andrés Conde, director ejecutivo de Save the Children, ONG que en estos meses ha llevado, con otros socios, 5.000 cestas de comida a familias sin ingresos en seis comunidades autónomas.
Fuente: Efeagro