El sector de la fruta de Lleida vive, por fin, una campaña de mejora frente a los dos años anteriores. Los precios, en las semanas más críticas, se mantenían. No obstante, se vive una situación de expectación por los resultados globales a finales de verano.
Fruit Today repasó, junto al gerente de Afrucat, Manel Simón, las características de esta campaña.
¿Cuáles son los rasgos más definitorios de esta campaña?
Nos encontramos en una situación absolutamente diferente a lo acontecido en las dos campañas anteriores. En primer lugar, estamos en un escenario de una importante reducción de cosecha, aunque esto no es una condición sine qua non para un resultado favorable. Otras temporadas, hemos tenido episodios en que las granizadas han destrozado una gran parte de los campos y esto no ha supuesto un aumento de precios.
Por otro lado, no ha habido solapamiento de producciones de las diferentes regiones. Y, además, las temperaturas del verano han sido correctas.
Por primera vez, hemos tenido habilitadas las medidas excepcionales de Bruselas por el veto ruso, desde el 1 de julio, ya que a todas luces, las fechas de entrada en vigor los años anteriores resultaban incongruentes con lo que el sector necesita.
La suma de estos factores ha provocado una campaña fluida, en que demanda y oferta están compensadas e incluso han existido momentos puntuales en que la oferta era justa para atender la demanda. Y además no hay stocks en las cámaras. Todo el producto que entra en cámaras sale en 24-48 horas.
¿Es esta una tónica general en Europa?
Si lo es. Tanto en Francia, como en Italia o en Grecia, la situación es similar. El mercado está equilibrado y la demanda tira. Consecuencia de todo ello es que los precios están siendo estables. Estamos sobre costes, evidentemente sí.
¿Quiere decir que, por fin, será esta una campaña aceptable?
Bien, todo ello dependerá de que aquel agricultor o empresario agrario tenga un buen rendimiento por hectárea, ya que los precios están acompañando. Estamos por encima del nivel de precios de hace dos años, pero no lo suficiente como quisiéramos porque, evidentemente, en una situación donde la producción es menor y todo el producto tiene salida, el precio podría mejorar. Pero, es difícil.
Lo importante es que nos estamos manteniendo, ya que nuestro histórico indica que la bajada de precios comenzaba pasado el pico de la Big Top, a partir de mediados de julio. Y la remontada se hacía difícil, y si se producía, lo hacía a finales de agosto, momento en que la cosecha empieza a declinar.
Entonces, ¿qué papel cree ud. que han cumplido las medidas excepcionales? ¿no cree que han sido insuficientes en volúmenes puesto que la campaña tiene una calidad escasa?
Las medidas tienen un efecto tanto real como psicológico. El cupo no ha sido agotado todavía y se ha repartido entre julio y agosto. Evidentemente, representa un tercio del volumen asignado el año pasado, pero, por el contrario, la medida entró antes en vigor. Personalmente creo que si hubiéramos tenido necesidad de utilizar más cupo en el mes de julio, lo hubiéramos podido pedir al ministerio, pero no creo que haya sido tan acuciante la situación.
No sabremos nunca en realidad en qué medida han influido los diferentes factores para que esta campaña haya sido más benévola. Pero, personalmente, creo que las retiradas a beneficencia han supuesto un impulso importante.
En otro orden de cosas, quiero destacar que la revisión de precios, dentro de las medidas ordinarias de los Programas Operativos de las OPFH, que durante tanto tiempo hemos reclamado desde nuestra entidad, han sido muy acogidas por el sector, en el que se da un aumento de un 40% para los precios de retirada en melocotón y nectarina. Por fin, la Comisión nos ha dado la razón y se ha demostrado que nuestras peticiones no eran en vano, sino necesarias.
El quiz de la cuestión en estos momentos, parece que no es sólo mantener los precios, sino tener la oportunidad de subirlos, ¿qué debería de ocurrir para que sucediera?
La realidad de nuestro producto, que es un commodity, es que siempre existe un operador que puede vender a un precio inferior. Es difícil marcar el precio con una situación así.
La situación ideal sería aquella en la que se da una auténtica falta producto. Y para que esto se produzca, el sector debe buscar nuevos mercados y liberar a los mercados europeos de esta presión.
La única solución real es que la oferta y la demanda estén compensadas a favor nuestro, y en este sentido, creo que es importante señalar que la apertura de nuevos mercados como el chino, u otros, pueden jugar una importante baza a nuestro favor.