La empresa familiar Terrallana fue pionera en producir ajo negro con un partner nipón (proveedor del afamado chef Martín Berasategui), pero si por algo se les conoce es por su apuesta por el producto ecológico, en el que llevan 30 años trabajando.
Producen ajo morado (un 60% del global), violeta y blanco. En los últimos años, apuestan por el ajo “spring” para llegar un mes antes al mercado (se siembra en septiembre y se recolecta en mayo), y evitan, en la medida de lo posible, comprar ajo de otros orígenes para reducir la huella de carbono. “Sólo compramos a Argentina para servir a un cliente que nos lo pide”, cuenta María Moreno, gerente de la empresa.
Con una clara vocación exportadora desde sus inicios (el 99% se destina al exterior, principalmente a supermercados europeos), Terrallana se diferencia de otras empresas por su cercanía en el servicio al cliente. “Somos una empresa familiar y con buena comunicación entre nosotros, hecho que nos facilita un trato muy directo y cercano con el cliente”.
Para este año han plantado unas 100 hectáreas aproximadamente. Entre sus proyectos más recientes, está la ampliación de sus instalaciones para unificar todo el trabajo de secado, pelado y envasado en el mismo lugar.