La firma valenciana ha apostado fuerte por la diferenciación de sus zonas de producción.
Allium Prodiber es una de las pocas empresas españolas que mantiene producción en tres comunidades distintas (Andalucía, Castilla- La Mancha y Castilla-León) lo que la habilita para tener un suministro pleno de producto.
Con una tradición que abarca más de 4 décadas, tanto en el ámbito productivo como comercial, Allium Prodiber se distingue por su propio saber hacer: la cosecha se realiza de manera mecánica y el producto no se abandona en campo, sino que se traslada al almacén para realizar su secado y corte de raíz. “Nuestro objetivo es evitar las inclemencias del tiempo. Este sistema evita también los posibles problemas que acarrea la disponibilidad de mano de obra,” explica Oscar Requena, máximo responsable de la empresa.
Su volumen medio de comercialización por campaña ronda los 6 millones de kilos y la sitúa como una de las compañías líderes del sector. Por variedades, el ajo blanco supone un 10% de su total y la cantidad restante se reparte a partes iguales entre la variedad Spring y el ajo morado.
Respecto a la pasada campaña, el ejecutivo valenciano señala que supuso una excelente temporada porque la cosecha china resultó un 25% más corta de lo habitual. “Este parámetro resulta primordial para lo que acontece en el resto de países productores.”
La coyuntura global de mercado supuso un aumento de los precios e importantes ventas a Brasil y Taiwán, que pasó de unas compras de un millón de kilos a unos 14 millones. Así mismo, algunos países americanos demandaron más producto español que fue comercializado a buenos precios. No en vano, España es el mayor productor europeo y uno de los más importantes a nivel mundial.
Sin embargo, el final de campaña fue un tanto difícil, ya que los mercados europeos admitieron más subidas, aunque el mercado en origen sí incrementó.
Tal y como arrojan los datos, la situación de final de campaña fue una tanto peculiar: desde mayo a octubre las exportaciones españolas aumentaron un 30%, de octubre a noviembre se produjo un descenso de un 5% y el pasado mes de enero se volvió a vender más que en 2016. “El sector vendió una media de un 20% más aproximadamente, por lo que este volumen deja de estar en stock y no sobra.”
Las previsiones de la próxima campaña indican que China tendrá más producción que el año pasado, pero la coyuntura social del país, que ha subido su nivel de vida y sus salarios, permitirá vender el producto a precios más elevados. “Creo que resulta bastante improbable que se vuelvan a producir situaciones como las de finales de los 90 o principios del 2000, ya que los operadores chinos se han dado cuenta que pueden ofrecer producto un poco más elevado de precio y lo venden igual,” remarca el directivo.
Asimismo, Requena considera que: “hasta que los stocks, tanto para fresco como para procesado, lleguen a la cota de hace 4 años, podemos prever un mercado fluido, aunque el inicio de campaña puede que no sea tan bueno como se espera”.