A punto de cumplir un año sin la toda poderosa Rusia en el mercado, la coyuntura para la fruta de hueso ha vuelto a jugar una mala pasada. Está claro que nada será peor que en 2014 porque esta vez los gobiernos español y comunitario han actuado con mayor celeridad y el sector se ha puesto las pilas en la búsqueda de nuevos mercados.
Y es que el productor, el origen, vuelve a sufrir. Y yo me pregunto si es sólo Putin el culpable de esta situación o existen otros parámetros que estamos dejando de valorar.
“La colaboración se llama PRECIO en mayúsculas”
¿Qué responsabilidad tiene la distribución organizada en esto? Una parte muy importante. Y que conste que conozco a grandes personas/profesionales a los que considero amigos (aunque ellos mismos son un número dentro de una gran cascada burocrática de cargos a los que se les valora por resultados matemáticos).
Por eso se me cae el alma a los pies cuando en cientos de congresos nos hablan de colaboración entre productor-operador y supermercado. El conferenciante arenga sobre el tema y todo el mundo calla, otorga, porque es cliente o quiere serlo.
En líneas generales (recalco en líneas generales, porque hay proyectos conjuntos muy valiosos entre ambos actores) no existe colaboración. La colaboración se llama PRECIO con mayúsculas. ¿0,30 ó 0,40 euros?
Sin que el origen tenga un precio justo iremos hacia otro modelo de negocio, si no hay huevo no habrá gallina.
Todo el mundo calla delante de la distribución porque es cliente o quiere serlo.
¿Por qué hablamos de comercio justo, casi siempre refiriéndonos a las mercancías provenientes de países subdesarrollados, cuando los europeos podemos ser capaces de no hacer justicia con nuestra propia actividad comercial? ¿Es moral comprar por debajo de costes?
La producción agro es un bien estratégico para los países y en nuestro caso más porque pocas otras industrias potentes tenemos. Que pregunten a China dónde invierte: en África, en tierras para alimentar a su población.
Señores de los supermercados, ¿Tendrían ustedes abierto el chiringuito si a final del año tuvieran números rojos? Pues eso es lo que le pasa a nuestro agricultor, que cada día ve más escuálida su cuenta de ahorro.