Los servicios meteorológicos habían advertido del riesgo de fuertes heladas. La caída de las temperaturas afectó a toda la zona frutera y se temen unos daños muy importantes y que aún son incalculables, pero diferentes fuentes adviertes que diezmarán la producción en prácticamente toda la zona frutícola.
La helada devastadora ha afectado a toda la zona frutícola de Lleida, desde la Horta de Lleida hasta Mollerussa o Artesa por poner algunos ejemplos y con temperaturas que han llegado a rozar los 6 grados bajo cero, según han explicado diversas fuentes. Además, las bajas temperaturas han sido intensas y durante muchas horas. Por poner un ejemplo, Francesc Torres explica que empezaron a poner en funcionamiento los sistemas de riego por aspersión a las once de la pasada noche dadas las bajas temperaturas, y que a las 9 de la mañana de este domingo aún helaba.
El líder de Asaja, Pere Roqué, añade que la afectación será generalizada y a la espera de poder analizar los árboles tendrá unos efectos devastadores. Él mismo ha añadido que se pueden haber perdido entre un 35 y 40% de las cosechas de fruta dulce y de semilla.
Roqué ha detallado que el grado de perjuicio depende del tipo de fruta, y ha subrayado el caso de los cultivos de nectarinas, melocotones y paraguayos en lo que se refiere a fruta dulce y manzanas y peras respecto a la fruta de semilla.
En la zona muchos agricultores han activado coberturas de agua y fuego durante la noche para minimizar el impacto del frío, pero eso no ha evitado que muchos árboles en plena floración hayan amanecido literalmente helados.
La consejería de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat así como la Subdelegación del Gobierno en Lérida han contactado ya con Asaja para hablar de los efectos del temporal de frío. Este lunes se empezarán a cuantificar los daños.
El ingeniero técnico agrícola Francesc Miarnau explica que los daños serán muy importantes teniendo en cuenta el estado fenológico de los árboles, con muchas variedades, en especial de fruta de hueso, en el que ya habían caído las flores, un momento especialmente delicado, cuando el pequeño fruto es fundamentalmente agua.
Los daños no se circunscribirán a la fruta dulce, sino que también dañarán las fincas de almendros o nogales, por poner algunos ejemplos.
Las temperaturas, en efecto, han cosechado registros de récord. En muchos campos se ha llegado a los -2 o -6 grados, una cifra de récord en un mes de abril, pero más que las cifras bajas los agricultores han lamentado que éstas han perdurado durante muchas horas.