Cero reclamaciones

En países tan exigentes como Suecia, Novofrut ha conseguido terminar la campaña 2016 con la completa satisfacción de sus clientes.

Lo de primar la calidad sobre la cantidad no es una frase hecha, al menos en el caso de Novofrut. Basta con ver el balance del ejercicio pasado, en el que no tuvieron ni una sola reclamación en destinos como Suecia. Para conseguir fruta en perfectas condiciones organolépticas, esta pequeña empresa familiar cuida cada detalle desde el campo hasta que el producto se envía a destino, llevando a cabo un seguimiento exhaustivo en el manejo, recolectando la fruta en un punto de maduración adecuado y realizando buena parte de los procesos de forma manual. Además, trasladan ese mimo a las relaciones personales con los clientes, estableciendo un trato cercano. De esta forma, en Novofrut tratan de diferenciarse en una zona donde la competencia es cada vez mayor, tanto de grandes firmas con ingentes volúmenes, como de agricultores que ven un filón en los tropicales.

Todos estos factores configuran el éxito de esta empresa, que lleva más de cuatro décadas trabajando en el sector, primero con un producto emblemático de la costa granadina, la chirimoya, y más tarde con otras frutas que han ido creciendo en importancia: aguacate, mango y, en menor medida, níspero. En esta campaña 2016/17 prevén crecer un 15% en facturación y alcanzar los 3,5 millones de kilos entre todas sus referencias. De ellas, la chirimoya es la que representa un mayor volumen con 1,5 millones de kilos, y como novedad, han empezado a comercializar calibres pequeños (14 unidades). “Cada vez la exportamos más. Actualmente enviamos el 50% a países como Portugal, Bélgica, Holanda y Reino Unido”, detalla José Francisco Novo, responsable comercial.

Para Novo, este producto está viviendo una época de expansión. Por un lado, “en la Vega de Motril hay muchas plantaciones nuevas, y compensa las que se han quitado en las áreas de montaña para sustituirlas por mango o aguacate”. Y por otro, “cada vez se conoce más dentro y fuera de nuestras fronteras”. La clave para seguir aumentando las ventas es realizar un buen control postcosecha y un transporte de calidad para que la fruta llegue en buenas condiciones a destino. Como complemento, están estudiando implementar bolsas de etileno que retrasan la maduración.

Sin embargo, todos estos esfuerzos se ven ensombrecidos por una problemática que arrastra el sector desde hace años, la falta de infraestructuras para canalizar el agua desde los embalses de Béznar y Rules. “Este año como ha llovido nadie se acuerda de mencionarlo, pero es urgente que se actúe”, asegura Novo. Desde la comunidad de regantes del Río Verde ya se están movilizando para acumular agua mediante estanques. Una solución que suma, pero que no puede solventar el problema del agua.

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