Isolcell ha experimentado un aumento de ventas con esta tecnología que ‘escucha’ a la fruta y permite mantener el mínimo nivel de oxígeno
De una pequeña empresa familiar nacida en 1958, Isolcell ha pasado a ser considerada la líder mundial en el campo de las atmósferas modificadas y controladas. Todo un hito conseguido a base de esfuerzo, tesón e innovación constante, no en vano, cuenta con más de 33 patentes internacionales. Actualmente la firma, que forma parte de un grupo industrial encabezado por Finanziaria Unterland Spa, opera en más de 70 países de todo el mundo y está experimentando un notable aumento de ventas de sistemas de atmósfera dinámica controlada (DCA, acrónimo de Dynamic Controlled Atmosphere) para conservación de fruta fresca, principalmente manzana y pera, pero también para el kiwi. El sistema, denominado Isostore (DCA-CF), alcanza rendimientos importantes gracias a un seguimiento continuo y personalizado en el que es la fruta la que ‘habla’, dictando sus necesidades específicas en cada momento. Isostore funciona con sensores de fluorescencia, usando una tecnología única para alcanzar el mínimo nivel de oxígeno posible en las celdas, con el objetivo de conseguir una calidad de almacenamiento mucho más alta sin riesgo de fermentación. “Medimos la señal fluorescente de la clorofila contenida en la piel de la fruta sobre una muestra de producto, y por debajo de un nivel específico de oxígeno, la señal aumenta claramente, mostrando que ha alcanzado el límite”, cuenta Tito Spaldi, jefe de Ventas. Es entonces cuando se emite una alerta para que el operario adecúe los niveles. Este mecanismo difiere de la atmósfera modificada tradicional, en la que los valores de oxígeno y de CO2 eran genéricos, por variedades, según tablas orientativas emitidas por organismos oficiales como el IRTA. Con la DCA se obtienen importantes ventajas: se evita el uso de químicos poscosecha (ideal para producciones bio), se reducen las mermas, la fruta se conserva con mayor consistencia y propiedades organolépticas, y conserva su color original, entre otros factores. Además, aunque el sistema es muy conocido en el segmento de la manzana y la pera, es también óptimo para el kiwi y ya lo están probando en otros productos como el brócoli en Polonia y el espárrago en Inglaterra. “Hace ya más de diez años hicimos pruebas para el transporte de kiwi entre Nueva Zelanda y Francia. A día de hoy, se usa mucho para el kiwi amarillo, porque es muy sensible al frío y al estrés por CO2. Se monitoriza en cámara y se siguen los parámetros indicados durante el transporte”, detalla Spaldi.
Isolcell diseña y construye almacenes llave en mano, basados en paneles de poliuretano y tipo sándwich de aislamiento térmico, puertas aislantes, hermeticidad de gas, refrigeración industrial y provisión de todo el equipo necesario para controlar la atmósfera de almacenamiento. La I+D es un pilar básico de la empresa. Colabora con universidades y centros de investigación en proyectos dirigidos a la transferencia de conocimiento y la comercialización. Desde el año 2000, tienen la certificación de Laboratorio de Investigación acreditado por el Ministerio italiano de Universidades e Investigación Científica y Tecnológica.