La producción invernada de Almería, junto con las producciones murcianas, han permitido seguir abasteciendo a los mercados durante la ola de frío de enero.
Lluvias, nieve y granizo asolaron numerosas hectáreas de cultivos en España e Italia durante el pasado mes, provocando una reducción de la oferta europea de frutas y hortalizas e incluso desabastecimiento en productos como el calabacín. La ola de frío llegó con fuerza pero Almería pudo salvar los muebles gracias a sus cultivos bajo plástico. En Murcia, donde los termómetros, bajaron sólo ocasionalmente de cero, los daños fueron limitados Y, aunque el descenso de las temperaturas redujo el rendimiento de las cosechas y ralentizó el ritmo de coloración de los frutos, ambas provincias pudieron seguir suministrando producto a los países comunitarios. Comercializadoras como Femago confirmaban a Fruit Today que, efectivamente, los volúmenes productivos almerienses estaban siendo bastante menores de lo habitual, y desde Vicasol su gerente, José Manuel Fernández Archilla, cifraba esa merma en torno a un 15%. Como consecuencia de todo ello, los precios se elevaron a cotas nunca vistas, superando los 4€/kg como es el caso del calabacín o la berenjena.
Almería. Precios record en origen. Ya desde el inicio de campaña las cotizaciones eran un 20% más altas que las de 2015/16. Posteriormente la llegada del frío siguió provocando una escalada de precios sin precedentes. No obstante, quedan meses de campaña por delante y no será hasta el final del ejercicio cuando se pueda hacer un balance fiable. Además, conviene no perder de vista una realidad más que obvia: toda esta ‘bonanza’ no es sino una consecuencia de la consabida ley de oferta y demanda, y los problemas estructurales inherentes al agro almeriense subyacen. Para constatarlo, basta con echar la vista atrás y repasar la evolución de precios de la campaña pasada. En 2015/16 la pérdida de rentabilidad en origen volvió a ser un lastre con un descenso del 2,6%. Los productores percibieron, de media, 0,534€/kg. Hortalizas como la berenjena (-13,1%), la judía verde (-6,6%) y la sandía (-4,5%) fueron de las peor paradas, encabezadas por el calabacín (-34,5%), que venía de una campaña precedente con precios por las nubes.
Los precios en origen contrastan con la buena andadura en otros aspectos. En el ejercicio pasado la producción total de frutas y hortalizas se incrementó un 4,4% (3,3 millones de toneladas), el valor comercializado un +1,6% (1.782 millones de euros) y la superficie invernada volvió a crecer (en los dos últimos años ha sumado 1.200 hectáreas), según se desprende del ‘Análisis de la campaña hortofrutícola de Almería. Campaña 2015/2016’, elaborado por Cajamar y presentado en diciembre en Almería. Pero si hay alguna cifra que destaque sobre el resto es la exportación, que con 2,4 millones de toneladas creció un 12% hasta copar el 75% del volumen total de hortofrutícolas de la provincia. O, dicho de una forma más simple: las tres cuartas partes de lo producido en los invernaderos se destinó a la exportación, con un valor comercializado de 2.194,8 millones de euros (+9,7% respecto a 2014/15).
Sin cambios de destino. Por su cercanía, Europa es el mercado natural y copa el 98,5% del total exportado. Además, los principales clientes del ‘made in Almería’ (Alemania, Francia, Países Bajos, Reino Unido y Polonia) siguieron incrementando sus compras, concentrando el 82%. La única nota negativa ha sido el mantenimiento del veto ruso, que provocó concentración de producto en Europa, ya de por sí con exceso debido a la benigna climatología (no solo en Almería, sino también en otros países competidores como Holanda, Reino Unido, Marruecos… que alargaron sus cosechas). Así, todo este cúmulo de factores originó el consiguiente “colapso” del mercado y la caída de precios, explica el ejecutivo de Vicasol, Fernández Archilla.
Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, señaló que es vital “moverse y no quedarse dormidos”. Por ello es necesario seguir apostando por la diferenciación a través de especialidades y generar un mayor valor añadido en las últimas fases de la comercialización, así como promover alianzas estratégicas. Otros aspectos en la agenda de prioridades son la mejora en las infraestructuras de transporte y la resolución del problema del agua (tan escasa como cara), a través de la búsqueda de un Pacto de Estado y una aún mayor eficiencia de la gestión hídrica.
Poco a poco se va avanzando en todos estos retos. En especialidades, ya en la campaña pasada el 12% del tomate y el 6% de pimiento almeriense correspondieron a esta categoría, y ambos sumaron más valor que la berenjena, el melón y la judía).
Superficie ecológica. La superficie cultivada empleando técnicas de control biológico se encuentra estabilizada en torno a las 26.000 hectáreas desde la pasada campaña. Esto representa cerca del 60% de la superficie cultivada en la provincia. El empleo de organismos beneficiosos sigue creciendo en pimiento, cultivo en el que la cuota total de este manejo ronda el 97%. En tomate supera el 93%, a pesar de haber sufrido un leve retroceso. En pepino, melón y sandía la cuota supera el 50%.
Hay que destacar también los descensos presentados en berenjena y judía verde, del 6,9% y del 3,5%, respectivamente.